5 poemas de «Fuego la sed» (2024), de María Sánchez

 

Por María Sánchez*

Crédito de la foto (izq.) Ed. La Bella Varsovia /

(der.) José González 

 

 

5 poemas de Fuego la sed (2024),

de María Sánchez

 

 

Nadie lo registró

 

decían que estaban más que acostumbrados

a mirar a la muerte una y otra vez

a la cara

 

sin memoria

así puedes maldecir un lugar

y despoblarlo

 

pero una rabia silenciosa

siempre nacerá de los vestigios

de la historia

 

cuando alguien muere

lloramos

formamos parte del ritual

nos abrazamos nos entregamos

sin mesura

a la despedida

 

por qué no puedo hacer lo mismo

con un arroyo

un sendero  un pantano

una dehesa  una familia de árboles

un rebaño   un árbol

un ser que se desvanece

 

ya no llora este paisaje

a nosotros nos cosieron los párpados

para que los muertos no supieran

no contaran

 

ellos siempre señalaron:

 

renegad de la nostalgia

en ella también se esconden

 

el poder

la violencia

la sequía

 

La poeta María Sánchez

 

IV

 

Murieron muchas ballenas para que el hombre

solo pudiera descubrirlas

 

nombrar y poseer

así elaborabais el conocimiento

 

lo común hoy

es extraordinario

inevitablemente

seguimos viviendo

entre vosotros

 

pero dentro sigue el verdor

y queremos invocar

la canción de los antiguos

 

que crezcan tus hijos

con la misma facilidad

que la hierba

 

 

 

XIII

 

Dicen que solo

podemos morir una vez

pero es mentira                                   

 

quien será en este fuego

el más dichoso

 

la tierra repetirá su canción

es lo que sucede cuando se elige

 

los árboles recuerdan

y transmitieron siempre

a sus hijos

la misma inocencia

 

memoria celular

que no alcanzáis

 

pequeña virtud

este cielo incierto

 

 

XXII

 

Estos podrían ser los hechos

el rumor que os trajo aquí

ya no existe

 

no queremos ser solo

la misma anécdota

que contáis

sin descanso

sobre nosotros

 

queremos agrandar la distancia

pero ahora la palabra

también

es nuestra

 

no sucumbiremos

todo ha de hacerse

paso a paso

 

don de arder

 

en su regazo fuimos

supimos apreciar

la dureza y el sermón

del ser cruel

—y a la vez—

piadoso

 

esto pasará

y seguirá amaneciendo

como si nada

lo aprendimos de los buitres

en las cuerdas ansían

nuestros rostros

 

prometen devolver

cada órgano al lugar oportuno

que le corresponde

 

la flecha que nos hirió

la dejamos aquí

en el poema

 

podrá crecer otra plegaria

murmurar al río

revelar la espiga

imitar al trueno

para atraer a la lluvia

 

nuestras sombras no

no caerán en esta fosa

 

no queremos que nadie camine

sobre otras cabezas

 

preferimos sorber

en los regatos

ensuciarnos las pezuñas

buscando el por qué

de las costumbres

 

aquel al que llamabais salvaje

ofrecía disculpas a los seres

que tomaba prestados

 

el viejo conjuro

susurra

 

se fueron esos días

el tiempo de alimentarnos

solo

de los prados

 

si os dierais a cada uno

uno de nuestros nombres

 

animales

bestias

fieras

bárbaros

 

cómo será sentir el amor

por primera vez

 

para qué

hemos sido hechos

 

dejad atrás las tinieblas

fuimos ayer

no sabemos

qué seréis

mañana

 

 

 

XXIV

 

Nos enamoramos del color

de la labor antigua

añoramos el frío

el vuelo lento

dejáis desde entonces

largos los cabellos

para recoger la escarcha

en las huellas

animales de sed

amar a los que ya no están

es demasiado fácil

afuera sobrevive

pausado el verdecillo

ya vendrá el tiempo del celo

los giros de mariposa

el infinito espera

como un gazapo

entre las cosas

más pequeñas

de este mundo

algo queda

estamos seguros

sabemos

seguirá naciendo

una umbría

podréis compartir

el pan y el descanso

podréis también

en ella

por qué no

esconderos

 

 

 

 

 

*(España). Poeta, ensayista y veterinaria. Se desempeña con razas autóctonas en peligro de extinción, defendiendo otras formas de producción y de relación con la tierra como la agroecología, el pastoreo y la ganadería extensiva. Colabora en radio, medios sobre literatura, feminismo, ganadería extensiva y cultura y medio rural. Obtuvo el Premio Orgullo Rural del Patronato de la Fundación de Estudios Rurales, el Premio Nacional de Juventud de Cultura del Instituto de la Juventud de España, el Premio FADEMUR (2019), Córdoba en Igualdad (2020), el Premio Artes y Letras (2021), el Premio M de memoria (2021) de Comer y La Vanguardia, la Medalla de Andalucía (2023) al Mérito Medioambiental, el Premio Internacional Afundación de Periodismo Julio Camba (2024), en su edición XLIV, y el Premio Zenda de Poesía (2023-2024). Ha publicado en ensayo Tierra de mujeres, una mirada íntima y familiar al mundo rural (2019); y en poesía Cuaderno de campo (2017) y Fuego la sed (2024).

 

 

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