8 poemas de «Los espejos comunicantes» (2015), de Óscar Hahn

El año pasado, 2014, el poeta chileno Óscar Hahn se hizo merecedor del Premio Internacional de Poesía Fundación Loewe con su poemario Los espejos comunicantes. Vallejo & Co. presenta, en esta ocasión, una breve selección de ocho poemas de dicho poemario, publicado recientemente este 2015.

 

Por: Óscar Hahn*

Selección de: Mario Meléndez

Crédito de la foto: Izq. www.casadellibro.com

Der. www.blogfundacionloewe.es

 

 

Selección de poemas de Los espejos comunicantes (2015)

de Óscar Hahn

 

 

 

 

DESNUDO BAJANDO UNA ESCALERA

 

Este es el traje

con el que el alma cubre

sus vergüenzas

el traje

que un día se convierte

en polvo

                        en sombra

                                                en nada

y deja el alma a la intemperie

sin manos con que taparse

las partes pudendas

Entonces en algún closet por ahí

en algún colgador cuelga el alma

en la

                        más triste

                                                desnudez

 

 

 

TEORÍA DE LA RELATIVIDAD

 

Anoche

detrás de esa puerta que abriste

había un hombre tocando el piano

 

Junto al atril

un candelabro y un ramo de rosas

 

El hombre miró hacia el umbral

y vio tu silueta difuminada por la luz

El miedo lo paralizó y dejó de tocar

 

Cerraste la puerta con llave

y regresaste a tu dormitorio

 

La mañana siguiente

todo había desaparecido

No existían ni el hombre ni el piano

ni el candelabro ni el ramo de rosas

Sólo gotas de cera pétalos secos

y telarañas

 

El hombre de la habitación

hablará del fantasma

que una noche apareció en su puerta

Y tú hablarás del fantasma

que viste anoche en la habitación

 

Todos somos reales e irreales

Estamos aquí y estamos allá

dijo Einstein cuando presentó

su teoría de la relatividad

Pero nunca pudo saber

cuál de los dos era él:

si el hombre de afuera

o el hombre de adentro

 

A veces

como para olvidarse

toca el piano

 

hahn

 

EN LA TUMBA DEL POETA

DESCONOCIDO

 

Aquí yace Ene Ene

el poeta desconocido

No corrió la suerte de Lorca

ni de Neruda ni de Eliot

ni de Rimbaud ni de Rilke

ni de ninguno de los que duermen

en túmulos famosos

Escribió lo que pudo y como pudo

y su felicidad no fue la fama

sino la epifanía de componer unos versos

y releerlos y guardarlos

como un pequeño tesoro

Yo te admiro poeta invisible

por tu coraje para enfrentar el anonimato

sin claudicar jamás

de tu vocación creadora

Nadie conoce tus poemas

y casi nadie ha leído tu epitafio

escrito por ti mismo

para este nicho visitado

tan sólo por los que te quieren

Y en esta vida amigo mío

eso es lo único que cuenta

 

 

 

OSO BLANCO

 

Es un oso de mármol

pero él se siente más liviano que el aire

 

Aunque pesa lo que pesa un témpano

mueve sus níveas patas

con la gracia de un bailarín de ballet

 

Nada puede la fuerza de gravedad

contra el poder de sus convicciones

 

Los que llevaron maquinaria pesada

para arrancarlo de su pedestal

no lograron moverlo ni un centímetro

 

Y ahora miran atónitos como flota

entre las blancas nubes del cielo

 

El oso de mármol saludó desde lo alto

a los que no creían en él

 

y se alejó volando en la inmensidad

hasta que fue sólo un punto en el horizonte

 

 

 

SOLITUDE

 

In my solitude you haunt me

with reveries of days gone by.

Música de Duke Ellington

 

 

Mi soledad no está sola:

está conmigo

Me acompaña dondequiera

que voy: duerme en mi cama

come de mi mano: respira

el aire que respiro

Me habla con mi voz

camina como yo camino

siente lo que yo siento

Sólo una vez mi soledad

se alejó de mi lado

me abandonó: partió

Fue esa tarde que conocí

a la mujer de mi vida

Meses y meses sin mi soledad

noche tras noche con mi gran amor

ocupando el espacio

de mi desamparo

Hasta que un día todo terminó

como siempre terminan

los amores eternos:

en un abrir y cerrar de ojos

Y ahora

he regresado a mi casa

Mi soledad me recibe

con los brazos abiertos

no me dice nada

no me reprocha nada

me abraza me consuela

Llora conmigo

 

 

 

RELOJ DE PIE

 

I.

En mi casa

tengo un reloj de pie

que me saluda cada hora

con melodiosas campanadas

 

De noche camina

se para junto a mi cama

y se queda en silencio

velando mi sueño

hasta que despierto

 

Después va a la cocina

me prepara el desayuno

y regresa a su sitio

contra la pared

 

Y así

día tras día

noche tras noche

 

Cómo me gustaría

hablar con mi reloj

cómo me gustaría

preguntarle algo

que toda la vida

he querido saber

 

Cómo me gustaría

 

Pero tengo miedo

tengo mucho miedo

de que me responda

 

II.

 

Mi reloj ha muerto

 

Murió como siempre vivió:

de pie

 

Se le fue descascarando el barniz

poco a poco

 

Para avanzar sesenta minutos

se demoraba dos horas

 

Daba las campanadas muy bajito

con un sonido casi imperceptible

 

Una tarde las manecillas de mi reloj

se detuvieron

y el péndulo dejó de oscilar

 

No quise sacarlo de su sitio

y enterrarlo en el patio

 

Lo dejé ahí contra la pared

hasta que se convirtió

en un montículo de cenizas

 

Puse las cenizas en una pequeña

caja de chocolates

 

Ahora la cajita da la hora

puntualmente

 

Y toca música

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MUERTE DE UN POETA

 

¿Qué estará pensando Gonzalo

Rojas qué poema imposible

estará fraguando su mente

en estos dos meses de agonía

qué pacto insondable

con las sombras?

Dijeron que se hallaba

en estado de sopor

Dijeron que le quedaban

dos días de vida

Pero yo me dije: el que supo vadear

las aguas de lo Oscuro

no se va a hundir tan fácilmente

en el río Aqueronte

No va a cantar victoria la Muerte

no va a izar sus negros pendones todavía

Y es así como Gonzalo Rojas

hondamente caído al fondo de sí mismo

pero colgando de una hebra

de esta vida

le dijo a la Muerte:

Un poco de paciencia amiga mía

no se ponga nerviosa

déjeme terminar este poema

como Dios manda

Y se pasó dos meses pergeñándolo

mientras los médicos iban

y venían de su cuarto

sin entender por qué

ese hombre seguía respirando

Puso el último verso

en la postrera estrofa de su vida

y el tiempo se detuvo

en la fecha precisa:

veinticinco de abril de dos mil once

Estoy listo le dijo a la Muerte

No tengo nada más que hacer

en este rumbo

Miró con ternura

su cuerpo tendido en la cama

se dio un beso en la frente

y desapareció en el infinito

con una sonrisa en los labios

 

 

 

LOS ESPEJOS COMUNICANTES

 

¿Con quién se comunican los espejos

comunicantes?

 

¿Con qué interlocutor inconcebible?

¿Con qué figura cautiva en el azogue?

 

De lo que hablan no sabemos nada

De lo que piensan lo ignoramos todo

 

A veces

cuando me veo reflejado

en un espejo de medio cuerpo

tengo miedo de que me succione

de la cintura para arriba

Mi otra mitad

de la cintura para abajo

saldría huyendo

como un grotesco enano

 

Anoche

vi que alguien del otro lado

del espejo había escrito:

 

“El día llegará”

 

Entonces oí la voz

del cristal que me decía:

 

Y las imágenes almacenadas

adentro de los espejos

serán vaciadas en la realidad:

sujetos lavándose los dientes

mujeres maquillándose y peinándose

señoras ajustándose el corset

caballeros arreglándose la corbata

jóvenes afeitándose

quinceañeras probándose

el primer sostén

gente mirándose desnuda

 

Y agregó con tono solemne:

 

Todos los reflejos de personas

y animales emergerán de los espejos

e invadirán aldeas y ciudades

 

Será el día de la confusión universal

el día en que nadie podrá distinguir

entre los objetos y sus íconos

entre los seres vivos y su imagen

entre los nombres y las cosas

 

Y después será el fin del mundo

 

Así habló el espejo comunicante

y estalló en mil pedazos

 

 

 

 

 

* Óscar Hahn (Chile, 1938). Poeta, ensayista, crítico literario. Es Doctor en Filosofía por la Universidad de Maryland. Entre 1971 y 1972 fue miembro del Taller de Escritores de la Universidad de Iowa. Después fue docente de esa misma universidad por más de tres décadas. Actualmente es Profesor Emérito. Entre sus libros figuran: Esta rosa negra, Arte de morir, Mal de amor, Versos robados, Apariciones profanas, En un abrir y cerrar de ojos, Pena de vida y La primera oscuridad. De los múltiples reconocimientos a su obra destacan: Premio Casa de América de España (2006), Premio José Lezama Lima (2008), Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda (2011), el Premio Nacional de Literatura (2012) y el premio Loewe de poesía por Los espejos comunicantes (2015). Es considerado una de las voces más importantes de la poesía Hispanoamericana.

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