Yo no pido postales sino cassettes de Lou Reed (Parte II)

 

Por León Félix Batista

Crédito de la foto el autor

(izq.) El poeta dominicano León Félix Batista /

(der.) El poeta peruano ENrique Verástegui

 

 

Yo no pido postales sino cassettes de Lou Reed

(5 cartas de Enrique Verástegui* a León Félix Batista)

(Parte II)

 

3 Cartas

 

Carta del poeta Enrique Verástegui a León Félix Batista desde San Vicente de Cañete (Perú), fechada el 25 de abril 1995.
Crédito: Archivo de León Félix Batista

 

 

San Vicente de Cañete, 25 de abril 1995

 

Querido León Félix:

 

…………………………..Te escribí una carta hace algunos meses pero no sé si te llegó. Te escribo ahora nuevamente: acabo de bajarme del ómnibus que me trajo desde Lima a donde fui a dar una conferencia en una refinadísima Galería de Arte, que gustó a la gente, y ahora al llegar a casa de mis padres me encuentro con una carta de Gabriel Jaime. Estoy, como te digo, agotado porque después de la conferencia nos fuimos a un bar de San Francisco —un lugar parecido al Park Avenue de New York— a beber botellas tras botellas de cerveza y de vino francés que, a medianoche, y borracho, brindé con Ingrid, una holandesa que asistió a mi recital. Pero, de inmediato, te escribo y lo hago escuchando la música de Lou Reed, que sencillamente me parece genial, y lo mejor del rock que hay en inglés —al lado de Nico, que también me fascina. Me gustaría que leyeras mi Taki onqoy, pero no tengo un solo ejemplar conmigo porque a mí me editan mis libros las editoriales, y hasta ahora no he hecho ediciones de autor. Por ese motivo no te puedo enviar mi Taki onqoy, que me gustaría que leyeras porque no sólo temáticamente es interesante sino, sobre todo, desde el punto de vista formal y de la composición del libro. Te envío el nombre de mi editor para que le escribas y te envíe mi libro:

Sr.

Esteban Quiroz

LLUVIA EDITORES

Av. Garcilaso de la Vega 1976, 5 piso, letra J.

 

…………………………………….Por favor, escríbele de mi parte y dile que te envíe mi Taki Onqoy. Dentro de 45 días saldrá el cuarto tomo de la Ética, que se titula Albus. Mi proyecto, entonces, es una tetratología: Ética: I. Monte de goce XXII (o del pecado), II. Taki ongoy (o de la redención), III. Angelus novus (o de la virtud). IV. Albus (o del conocimiento). Salvo Albus, que está por salir de aquí a 6 semanas, todos los otros libros están agotados en librerías. Me gustaría hacer una edición de Ética en New York, y tal vez tú conozcas alguna editorial universitaria que quiera editarlo. Te quería pedir un favor: quisiera que me consiguieras la ópera El caballero de la Rosa de Strauss, que deseo escuchar porque estoy preparando un trabajo sobre ese tema. También quisiera que me enviaras más cassettes de Lou Reed, que me fascina. Y no te pido más. Te prometo enviar mi Albus apenas salga editado.

…………………………….Una bellísima sorpresa ha sido saber que mi poesía ha sido reproducida en Diario de poesía de Buenos Aires, la mejor revista de lengua castellana sobre poesía. Sin embargo, a Lima no llegan ni libros ni revistas en ningún tipo, y, por ello, tampoco llega Diario de poesía, que quisiera me envíes una xerocopia con los poemas míos que se reproducen en aquella tan importante revista. Bueno, es fascinante tener un amigo dominicano, y norteamericano, y me da gusto, escribirte, aunque mis ocupaciones aquí me impiden escribirte más a menudo. Tengo unas ganas enormes de irme a New York, y quizá quieras invitarme a la puerta del Lower East Side de New York para la reunión de Poetas en New York, que tu revista Realidad aparte prepara para este verano. Me gustaría llegar a New York, pasearme New York, entrar a un bar y beber cerveza. Me gustaría enamorar una muchacha griega, o una bella judía, en New York. En verdad, mi etapa en Perú está prácticamente concluida y debo salir al exilio, tal como te lo vengo diciendo desde mi primera carta. Mientras espero el momento de salir al exilio, escribo nuevos libros, y más libros, y más libros. Estoy lleno de libros inéditos, pero también estoy lleno de nuevos proyectos, y me fascina escribir. Igual que los adolescentes, me gusta cartearme con amigos de otros países, aunque yo no pida postales sino libros y, a veces, cassettes de Lou Reed. Mis libros gustan a la gente, Mario Vargas Llosa considera que mi Terceto de Lima es una de las mejores novelas de América Latina, y yo sólo quiero escribir. Tú eres un buen chico, que me ha caído muy bien y a quien sólo puedo recomendar que continúes escribiendo, como si fuese una obsesión, o el impulso ingobernable de hacer el amor. Tú eres joven y tienes que ver la vida con felicidad. También yo soy joven. Ayer cumplí 45 años, pero la gente me observa y me dice que tengo 25 años. No me drogo, ni me alcoholizo. Sólo escribo y cultivo rosas. Un chico formal, eso es lo que soy. Bueno, envíame esa ópera o sinfonía titulada El caballero de la rosa de Strauss, el vienés, que necesito con suprema urgencia porque estoy escribiendo un libro. Si puedes, envíame también cassettes de Lou Reed, y por favor, no dejes de enviarme una xerocopia de mis poemas aparecidos en Diario de poesía de Buenos Aires.

…………………………….Estoy agotado por mi conferencia y recital ayer en Lima.

…………………………….Termino esta carta.

…………………………….Mi bendición.

Un fortísimo abrazo

de

Enrique Verástegui

[firmado]

tlf. 034-912845

 


 

Carta del poeta Enrique Verástegui a León Félix Batista desde San Vicente de Cañete (Perú), fechada el 28 agosto 1995.
Crédito: Archivo de León Félix Batista

 

San Vicente de Cañete, 28 agosto 1995

 

Querido León Félix:

 

……………………….Me llegó tu carta hace algún tiempo, y me pasé los días esperando que me llegara el cassette para contestarte, pero lamentablemente el cassette se extravió en el correo y no me llegó. Mi libro, el titulado Albus, sale dentro de dos semanas con toda seguridad, y apenas salga te estaré enviando un ejemplar. Aunque el libro estaba financiado, hubieron algunos problemas domésticos que ya se solucionaron felizmente. Ahora sólo me falta esperar que salga, el libro, y así el cuarto tomo de Ética, un libro de 1,200 páginas jamás escrito en la literatura peruana —y, me parece, también en la lengua española—, estará perfectamente editado y listo para re-editarse, ya que la edición peruana siempre se agota. También para fines de año, según me ha prometido mi editora, saldrá un libro de ensayo titulado El saber de las rosas, que, según los amigos que lo han leído, debe enamorar definitivamente a los lectores y, de paso, fundar el ensayo peruano —un género que los peruanos olvidaron en el siglo XX. Lleno de proyectos pero, también, lleno de soledad por estos lares: la soledad la pueblo escribiendo. Sin embargo, quiero salir —a New York, o a Europa. No importa dónde, el asunto es salir para volver a bailar el rock del exilio. El anterior exilio, cuando a fines de los 70 me fui a Europa, me dejó una experiencia riquísima que, en verdad, quiero repetir. Te lo he dicho en anteriores cartas, pero por el momento no hay modo de salir a ninguna parte. Sin embargo, insisto en mi necesidad de viajar. ¿Qué puedes hacer por mí en New York? En cambio, yo quiero salir para escribir. Una vez, en la década pasada, escribí el guion de una película que fue financiada por la Board of Arts de Canadá y, me dijeron, cosa que no comprobé, que la película –que se llama Cimarrones– había obtenido premios en New York. Quizá pueda hacer más cine en New York. Pero el tema de esta carta sólo es materia de conversación con su señoría, como si estuviera ante una botella de cerveza. No sé nada de tu amigo el colombiano de Realidad aparte, a quien le envié un poema inédito. Me gustaría saber qué fue de él. Me gustaría editar mis ensayos en New York, ¿pero no hay ninguna editorial en New York que quiera editarme un libro de ensayo? Quisiera reeditar mi El motor del deseo, 200 páginas sobre teoría literaria. Gracias por la frase que me dedicas en tu carta sobre mis ensayos: no sabía que mi libro había llegado ya a New York, y que a New York le gustaran mis ensayos. En verdad, León Félix, me sentí en el mismo cielo: New York es lo máximo para mí y ahora tú me dices que mis ensayos gustan en New York y eso me deja recontra-requete-super feliz. Escucho siempre el “New York” que canta Frank Sinatra. Pero, hermoso New York. Así que mientras alguien se decide a invitarme a New York —supongo que habrá ese alguien que se apiade de mí— no me queda otro camino que escribirte esta carta. Por favor, si puedes enviarme el cassette El caballero de la rosa de Strauss, te lo agradecería inmensamente, y después, apenas salga, te enviaré mi libro. El caballero de la rosa de Strauss y las cosas de Lou Reed que prefieras, aunque también te acepto algo que sea New Age. Me muero también por leer el ejemplar aquel de Diario de poesía que se edita en Buenos Aires, y que según el amigo colombiano traía poemas míos. Se agotó en New York, ¿Cómo conseguir Diario de poesía? No llega por Lima. Son tantas las cosas que no llegan por Lima, que es una vaina no salir de aquí. Precisamente por eso quiero salir de aquí. No sé si me dejo entender, pero me es importante salir de aquí. Una de las razones: no llegan libros, ni revistas, ni nada. Bueno, voy concluyendo esta carta. Envíame, por favor, el cassette de Strauss titulado El caballero de la rosa. Te enviaré más adelante mi Albus, también mi libro de ensayos.

Escríbeme. Super Urgente.

Tu amigo,

Enrique Verástegui

[Firmado]

 


 

Carta del poeta Enrique Verástegui a León Félix Batista desde San Vicente de Cañete (Perú), fechada el 29 diciembre 1997.
Crédito: Archivo de León Félix Batista

 

San Vicente de Cañete, 29 diciembre 1997

 

Querido León Félix:

…………………………….Me llegó hace algún tiempo tu carta y no quería contestarte todavía para no disipar el perfume que emana de tus palabras. En efecto, tu lectura de mi El modelo del teorema es acertada y me siento halagado de que te haya gustado. Acá en Lima los diarios han publicado una serie de comentarios sobre el libro, pero obviamente prefiero New York a las malas costumbres de una aldea provinciana. Me he sentido como (demasiado) sosegado con la publicación de este libro, al punto que no he escrito nada aparte de él hasta ahora, aunque tengo gran cantidad de textos inéditos. Dado que estoy solo no tenso la energía, ni las ilusiones, para emprender otro trabajo de envergadura. No tengo aún la energía para emprender una re-edición, por ejemplo, de mi poesía en un solo tomo: la Ética, que sumaría las 1,200 páginas. Ando ahora, más bien, con otro manuscrito bajo el brazo: los originales de mi novela El sueño de una primavera de occidente, que tiene 800 páginas, y que tampoco tienen editor. La novela transcurre en Europa, Asia, New York, y Lima, y es una novela de science-fiction. ¿Cuándo se publicará? ¿Cuándo encontraré editor? No lo sé, excepto que es una gran novela que mis amigos que la han leído comparan con Guerra y Paz de Tolstoy. También tengo otros libros de ensayos por editar. Y muchos proyectos por escribir. Sin embargo, la vida solitaria a lo Nietzsche que llevo impide muchas veces que escriba mis 12 horas diarias, como antes lo hacía, ¿o será que me estoy volviendo flojo?

…………………………….Me llegó también, junto con tu carta, tu libro Negro eterno, que, de inmediato, leí. Por supuesto, hay una gran diferencia entre tu anterior libro y este, que es, sobre todo, un trabajo de escritura con una sóla temática: la textura del lenguaje. Más francés que castellano, y más textualista que norteamericano (no he leído hasta ahora el Kora in hell de W.C. Williams), tu Negro eterno debió merecer el primer premio en ese concurso de poesía pero también es cierto que su radicalidad hacía casi imposible que el jurado lo celebrara. Lástima que en nuestros países no existan los premios de reconocimiento, pero tu libro merece un premio de reconocimiento —esos que llegan con la edad, lamentablemente, porque deberían llegar con la juventud. Tu libro, sin embargo, está lleno, de buena poesía, y uno se admira de la madurez que has adquirido. Bello este libro, y extraño, tiene el sabor ácido de la coca-cola que, una vez bebida, se vuelve natural. ¿Hasta qué punto estás fundando una nueva poeta norteamericana? No lo sé, pero resulta obvio que tu intento va por ese rumbo. Textos como “Jamás la hiedra y la pared”, “Cuando enredabas mi cabello con cariño”, “Y el mar, espejo de mi corazón”, “I want to be a part of it, New York, New York”, “Cara tan bonita la de mi tormento”, “Mucho más linda que Sophia Loren”, “Caminito que todas las tardes” (este ya es un tango, y no un bolero), “La vie en rose”, “Postrado en mi lecho abyecto”, ejemplifican la alta calidad de la literatura que has conseguido crear y que crearás en lo sucesivo —empleo el verbo crear en el sentido de innovación.

…………………………….Me gustaría que, cuando puedas, me enviaras tus traducciones al castellano (una copia xerox) de Ashbery, Derek Walkott, Seamus Heaney, lo mismo que las entrevistas de Walkott y Cioran. A Heaney no lo he leído. He leído, en cambio, el Omeros de Walkott que me pareció impresionante y que, por su extensión, me hizo recordar mi Taki onqoy. Walkott me parece un gran poeta, lo mismo que Ashbery, a quien conozco hace tiempo, pero no tan extensamente como debiera. Me gusta la poesía norteamericana, pero no se publican traducciones de poesía norteamericana, o por lo menos, nada de esas bellas cosas llega a mis manos por estos días. ¿Quién podría interesarse en traducir mi Taki onqoy al inglés? ¿Encontraré algún día un traductor interesado en traducir no sólo el Taki onqoy sino toda la Ética? ¿o mi novela? Sería fabuloso, pero por el momento no son  más que sueños.

…………………………….Bien, gracias por tu bella carta llena de un perfume de rosas que me ha permitido una lectura exacta de El modelo de Teorema.

…………………………….Gracias por tu libro Negro eterno, que me permite una lectura de las novedades de New York.

…………………………….Envíame, cuando puedas, tus traducciones (esas que te he pedido).

…………………………….FELIZ NAVIDAD Y UN EXCELENTE AÑO 1998

…………………………….Recibe un abrazo

…………………………….de

…………………………….Enrique Verástegui

…………………………….[firmado]

 

 

 

 

*(Lima-Perú, 1950 – Lima-Perú, 2018). Poeta, narrador y ensayista. Miembro del Movimiento Hora Zero. Estudió Economía en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (Perú). Ganador de la Beca Guggenheim. Vivió en Europa estudiando Sociología en la École de Hautes Études en Sciences Sociales de París (Francia). Ha publicado en poesía En los extramuros del mundo (1971), Angelus Novus (tomos I y II, 1989-1990) y Monte de goce (1991), Bodegón. Poemas recuperados 1973-1976 (2017), entre otros.

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