Sobre «A/brazadas» (2023), de Elia S. Temporal y Mar Busquets-Mataix

 

Por Patricia Crespo Alcalá*

Crédito de la foto Ed. Olélibros

 

 

El lenguaje en el que todo es posible.

Sobre A/brazadas (2023),

de Elia S. Temporal y Mar Busquets-Mataix

 

 

Alguien recoge del mar una botella de vidrio, en cuyo interior nos aguardan estos 15 poemas, dialogados y abrazados, entre las poetas Elia S. Temporal y Mar Busquets-Mataix y, a brazadas, surcamos sus aguas, nos sumergimos en el mar de la vida y la escritura. Ya desde el mismo título, A/brazadas (2023), las autoras juegan con los lectores en ese doble sentido que enlaza los versos: abrazadas entre ellas, en el proceso de escritura y la sororidad con las mujeres, y a brazadas con el que hacen frente a los obstáculos.

El libro, concebido como un libro de las horas, articulado en torno a 15 días, se escribió en un proceso de escritura asíncrona en el 2016 (En medio el mar./ A destiempo tus versos y los míos), pero en constante reelaboración y, por tanto, un diálogo inconcluso, en el que invitan a través de un código QR a los lectores a unirse al diálogo, ese en el que cada una de las autoras interpela los versos de la otra, reflejado en el libro a través de los colores de los versos (negro y azul), sin que se llegue a vislumbrar la identidad de cada una. Este poemario, pues, a dos voces y cuatro manos, huye de los estereotipos de otros libros análogos, cohesionando ambas voces en una única unidad, en un abrazo:

Porque nunca se sabe

qué hay al otro lado

en quién puedes convertirte

cuando abrazas a alguien

sin premeditación.

 

 

Un abrazo transformador que rompe el silencio y la soledad, como pretende este poemario, y frente a ellas la palabra, los versos que aran la tierra de la vida:

Para qué las palabras

en la danza que a nadie pertenece

esa pequeña luz que es silencio

¿Cómo domar las líneas? Dime.

¿Cómo imprime los versos en esta tierra de nadie?

¿Cómo los salvas del silencio?

 

La palabra grita y arde desde el “yo” hacia el “nosotras”, en una defensa de la sororidad femenina, que se despliega a lo largo del libro. Asimismo, esta sororidad enlaza con una genealogía femenina universal que nos retorna al origen de los tiempos, a la vez que nos proyecta hacia el futuro: crecerán ellas con nosotras. En este sentido, los ecos bíblicos del génesis deben entenderse desde una concepción mística, donde la luz, como origen primordial del todo, personifica a una mujer mítica dotada de fuerza espiritual y del don de la palabra:

Hubo un lenguaje en el que todo era posible.

Decías luz y se hacía la luz.

Nombraste a la mujer

o misterio entre tapices

y renacía la luz.

 

Y esta es otra de las líneas vertebrales del libro: el cuestionamiento del propio lenguaje. En ese tiempo místico en el que el uso de la palabra aún no había sido asignado a los hombres, que no había sido sustraído a las mujeres, es al que regresan las poetas para defender la necesaria toma de la palabra para poder expresarse, adueñarse de él para transformarlo en un lenguaje que contenga la palabra femenina. Un lenguaje en el que todo sea posible:

Porque se agotará el aliento del lenguaje

siempre antes de expresar la vida.

 

O

Pero decir no es siempre

haber hablado.

 

La poeta Mar Busquets-Mateix

 

Este poemario aboga por devolver la voz, su lugar en la escritura a las mujeres, pero no desde el rescate de otras escritoras, sino desde la universalización de la necesidad de reconocer un “nosotras” y la apropiación de un lenguaje heredado, que legitima el discurso androcéntrico:

Amo

recuperar en verso la tierra de que fui expulsada.

 

O

Pero cómo decir nosotras en un mañana

que no existe.

 

La propia escritura se alza como el espacio de libertad en el que las mujeres pueden inventar su presente, nacer libres, en una palabra que no acaba, en la que no cabe todo cuánto deben decir, porque estos versos recorren también ese amplio escenario de conceptos que nutren el pensamiento ontológico occidental: el tiempo, la muerte, la otredad, la corporeidad de la realidad… Pero también otros, que sólo la perspectiva femenina puede incorporar, como la maternidad o el edadismo:

Nunca tendremos la edad

que quieran que tengamos

(eternamente joven

el canto a la vida)

(…)

Nunca seremos

demasiado jóvenes.

 

La poeta Elia S. Temporal. Crédito de la foto: Gonçal Blai

 

Despojar del valor de la escritura a una mujer por su edad, a excepción de algunos nombres, destina al silencio a éstas. Silencio versus palabra: Antinomia que atraviesa el libro, como la oscuridad y la luz, y que concluye con un grito frente a los susurros de siglos:

Por tantos siglos de susurros

que bordaron el filo del silencio.

 

Este poemario nos convoca a no aceptar lo imposible, sino a recoger el testigo, esa botella de cristal del mar y, abrazadas y a brazadas, tejer despacio la vida y las palabras. 

 

 

 

 

 

*(España). Poeta y dramaturga. Licenciada en Filología Clásica por la Universitat de Valencia (España). Ha publicado diversos artículos y libros sobre la pervivencia de la mitología clásica en la literatura. Es colaboradora del programa de radio “Mar de Muses” y coorganizó los encuentros poéticos “Lavadero poético” (2019), “Plaza poética” (2020) y, en la actualidad, es responsable y coorganizadora del Festival Poético “Villa de las palabras” (2021, 2022 y 2023) en Puertomingalvo (Teruel-España). Su poesía ha participado en la exposición “Paraula poder” en el CCC de Arte Contemporáneo (Valencia, 2019) y en la exposición colectiva “13×13. 13 Rosas” (2020). Como dramaturga, es coautora, la obra teatral Antígona o la tragedia de Creonte (Univ. de Valencia, 1999). Ha publicado en poesía Erosgrafías (2018), Cantos de la desesperanza (2020) y Manifiesto de Incertidumbre (2022).