Por Bengt Berg*
Crédito de la foto www.nytid.fi
En una ciudad desconocida.
15 poemas de Bengt Berg
Solsticio de verano
Todas esas lluvias que no esperábamos
y todas esas lluvias que escuchamos
bajo los abedules, toda esta añoranza
de la luminosa noche capaz de echar a mecer
7 y 70 cunas a la vez.
En nuestra perdición la pasamos buscando estaciones,
seguimos los arrolladores senderos de cortezas
cruzamos los arroyos cristalinos. Nos adentramos
en el verano nórdico donde no hay
ningún regreso: ¡hasta acá pero no más allá!
Ojo por ojo
Es mañana invernal
con agradable
paisaje a lo lejos.
Pasan cosas todo el tiempo
sobre todo con las horas
que deben alcanzar, y alcanzan,
el tiempo,
vez por vez
se lleva cada minuto
y se va arrastrando
como serpiente dorada entre la nieve
consiente
de que no tiene impedimentos
Mientras la luna todo el tiempo
milagrosamente
da vueltas
como un punto añadido al orden del día
democracia – dependiendo del tiempo,
la manada de lobos al otro lado de la frontera
nos recuerda – a pesar de helicópteros
y cámaras de televisión – una vieja guerra
de la época cuando la muerte
aún era cierta
Julio
Es uno de esos días llamados verano
una mariposa, el riachuelo y olor a pasto de alce.
Los niños que se balancean en la orilla del muelle,
las migajas de pan que recogen las gaviotas,
remontan hacia el espacio y las nubes
que no saben para dónde van:
…………………………parecen encuentro de banqueros
– luego de la foto.
Aun así sabemos que esto no es verdad,
…………………………ni siquiera la mariposa
y lo inocente que sus aleteos puedan ser:
¡así no es la realidad!
Por fin llega al curso del agua
un gigantesco barco rugiente
y pone todo en orden, rompe la tranquilidad
…………………………implementa la trata de caballos
en el idilio de julio y nos obliga a pensar
en términos de repelente contra zancudos
a la hora del asado en la tarde.
Exilio
En una ciudad desconocida
de lenguaje indescifrable
camina a lo largo de calles extrañas:
ni siquiera sabe el nombre
de la pétrea torre del puente
por donde corre el agua del río
– una y otra vez está allí
solo en compañía de su propia sombra
que despacio se pega en el asfalto
como melodía lejana
de instrumento desafinado
en esas
un gorrión lo divisa
con sus ojos color grano de pimienta
busca su mirada
antes de que se pierda
en la nebulosa
Encuentro con Petrarca
Encontré a Petrarca bajo la llovizna,
parecía algo confundido
como si esperara nieve
en lugar de lluvia.
Cuando cruzó por La plaza de los Ciudadanos
espantó súbitamente
una bandada de palomas,
cada una con un cristalino grano de arroz en el pico:
Como a una señal convenida volaron
y dejaron caer los granos de arroz ante el poeta
que doblaba la nuca
en señal de agradecimiento.
De repente hubo empatía en la plaza
que en noviembre se llena de tristeza …
Invierno
En Finlandia calla uno en dos idiomas a la vez,
…………………………………..….dijo Brecht,
en el mundo entero llora uno en todos los lenguajes
cada día. La nieve del techo gotea
intermitente, los glaciares se descongelan, vamos
camino a la inundación global donde las acciones suben
como el agua. Pero nosotros de eternas mejillas rojas
espantamos la estadística, confiamos en que otra época
de congelamiento nos salvará, nos hacemos a la leña
…………………………………..….y canciones siberianas de cuna,
soñamos con las chispas de las máquinas recogedoras de nieve.
Poemas para aprender francés
Aprender del sonido
La brisa de la noche refresca y el sol
está ladeado, un gorrión francés
defiende su presencia
de manera súper pedagógica,
por encima del cuclillo y el jet
rumbo al sur de por acá. Se aprende
poco a poco algo del gorrión francés,
para defenderse, pero toma tiempo.
Aprender de los pájaros
El carbonero,
que en noruego se llama, kjöttmeis
y en francés charbonnière,
es un hábil representante de lo uno y de lo otro.
No se puede entender su presencia
en instantes de abundancia
pero en otros recogido como un luterano.
Bien, el carbonero raramente derrocha,
apunta a su objetivo
y sonríe seguido a quienes no se dan cuenta.
Actúa totalmente desarmado
pero de todas maneras lleva puesta
(por mala conciencia)
una máscara de asaltar.
Es sobrio en sus relaciones,
domina la mayoría de idiomas.
Aprender del camino
Caminata matutina por tres caseríos:
cruzando un arenal,
un arroyo y la cima de una colina.
A lo lejos una liebre,
sumida en su propia sombra.
Me observa,
pega un par de brincos a un lado del camino.
Jadeo subiendo la colina,
dejo atrás dos amapolas y su suave balanceo en el tallo,
llego a la cima y echo una mirada
a las hectáreas de cultivo francés subvencionado.
Cual granero en película soviética,
pero más grande,
Europa espera otra cosecha más
y a lo lejos: el otoño.
Termo
Darse cuenta
Mariposa matutina
cuya vida se da
por supuesto de manera diferente
a la mía, es capaz
de manejar el aire
nada más que lo necesario
Lúdica y seriamente
muere
como si supiera
por qué
Vacuno
Una vaca no hace verano
Es el pasto que lo dice
¿Pueden nadar las vacas? ¿Tienen creencia?
La alondra tiene alto credo, surca
su brillante hilo de seda
entre nubes y hojas de dientes de león
¿Qué tiene una alondra que no tenga una vaca?
Alas, quizás. Y pico.
Pero ¿quién ha batido crema
de leche de alondra, quién viaja y vuela
cuando las hojas caen haciendo remolino?
¿Es la vaca? No, ¡es la alondra!
Una vaca no hace verano, vale, pero
si invierno, invierno blanco como leche
-¿quién lo mantiene con vida?
El arte con nieve
En la radio cuenta una voz alegre
que en Ghana, su país, la nieve se llama lluvia de arena
Yo pregunto cómo se dirá cebra en el idioma Inuit
y por qué uno cuando niño
tenía que lamer la barra de hierro
cuando estaba a menos 14 grados centígrados
Vivimos en la nieve y hacemos todo
para quitarla del camino – echamos arena,
sal, barremos, aramos, renegamos y echamos pala
Sólo los niños saben cómo se hace: sí,
prenden un cabo de vela en el amanecer más azul,
ven después la noche larga por entre la ventana de la cocina
cuán caliente brilla allá afuera en la oscuridad
Un día de abril
en verdad toda la nieve habrá desaparecido,
pero no esa
que cayó el año pasado,
y que de nuevo caerá
año tras año en las rojas
cálidas, suaves lenguas de los niños
…
Acerca de zapatos, mundo y sueños
Tú no estás solamente donde están tus zapatos
sino también donde están tus sueños
Ivar Lo-Johansson
Hay un par de zapatos en la puerta
Hay un mundo afuera
– ¿qué esperas?
Si no sales al mundo
éste vendrá y te buscará
Tú necesitas los zapatos,
el mundo te necesita a ti
Utiliza tu voz cada día
¡no cada cuatro años!
Todas las cosas cambian, nada
será mañana
como es hoy
Cada día es nuevo,
bajo los párpados del amanecer
existen los sueños que pueden poner alas
en los zapatos más viejos
No tienes ningún chance – ¡tómalo!
…
Lluvia
Y la lluvia cae
porque
tiene que caer
No es intención de la lluvia
estacionarse en el aire
o flotar
como las escamas
de una utopía abandonada
Por eso cae la lluvia
…
Conocimiento
Mariposas de la mañana
– sus vidas parecen
obvias de otra manera
que la mía, ellas pueden
tratar el aire
como algo diferente que lo indispensable
Juguetona y seriamente
se emocionan
como si ellas mismas supieran
porqué
…