Atrapado en el alfabeto, por Niels Hav

Atrapado en el alfabeto

 
 

Por: Niels Hav

 

Traducción por: Mario Pera

 

Crédito de la foto: http://www.deviantart.com/
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Cuando Barack Obama fue investido como Presidente en los E.E.U.U., la poeta Elizabeth Alexander estaba leyendo en la ceremonia. El poeta debería puede asumir un rol similar en diferentes culturas pero, en la vida cotidiana y la mayor parte del tiempo, el poeta es un outsider. Un ladrón solitario en el desierto. Así pasa en Europa, y en el resto del mundo.

Los escritores somos individualistas. Celebramos las mismas virtudes que los beduinos: perseverancia y generosidad.  Algunos poetas, entre nuestros mejores colegas, saben del hambre y la sed, de la pobreza y del anhelo. Existen otros valores más que lo material, y retener ese conocimiento es una de las tareas de la poesía.

Nunca antes en la historia del mundo, hemos tenido tanta gente viviendo en el exilio ―hoy en día, todos somos una especie de nómades. Es una paradoja que el nacionalismo florezca al mismo tiempo. Somos poetas y residimos en la república literaria. Físicamente, estamos en Shanghái, Bogotá, Estambul o Copenhague, pero la poesía es nuestra patria mental y espiritual.

La poesía no es para los cobardes. La tarea consiste en mantener un ojo sobre ese poder y hablar sobre las cosas como son. Si la verdad es suprimida, los poetas son los primeros en ser encarcelados, y eso es lógico. Sin embargo, la poesía es adyacente a la música, y cuando un poema es exitoso, las palabras tienen una resonancia profunda en la mente y el alma. La buena poesía es mágica.

La poesía debería estar comprometida con la belleza de la vida y la grandeza ―y a los problemas de la vida diaria de la gente común. Buscar la verdad es como cazar lagartos en la oscuridad, y no importa cómo doblemos o  giremos, el trasero está en la parte de atrás. Debemos ser honestos sobre nuestra confusión. El arte es la búsqueda de una verdad más profunda que las soluciones políticas pero, aun así, la poesía siempre quiere ser una instancia crítica con el deber adicional de decir la verdad acerca de los problemas reales en el mundo real.

En ese contexto, es esencial que tengamos mejores traducciones. Como escritor europeo, estoy completamente atrapado en el alfabeto latino. Los escritores chinos o árabes tienen ventaja sobre sus colegas europeos, pues la mayoría de ellos leen dos alfabetos. ¿Cuántos alfabetos hay en este mundo? Le pregunté a mi mamá, y ella no lo sabe. Le pregunté al taxista, y él no pudo responder la pregunta tampoco. Seguro nadie lo sabe, pero hay muchos y solo el chino, el hindi, el bengalí y otros alfabetos asiáticos son utilizados por más de un tercio de la población del planeta.

Entonces, déjennos rendir un homenaje a nuestros traductores, ellos construyen puentes entre los varios alfabetos en este mundo ―y con ello crean las condiciones para un creciente comprensión internacional. Esperemos un nuevo florecimiento del arte y de la poesía en un mundo pacífico. La comunicación internacional es más importante que nunca antes. La poesía puede contribuir positivamente al entendimiento entre los pueblos y culturas del mundo, y puede contribuir al respeto del individuo y de su sueño personal de una vida con felicidad y armonía. Todos compartimos ese sueño.

 

 

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Trapped in the alphabet

 
 

Por: Niels Hav

 
 
When Barack Obama was inaugurated as president in USA, the poet Elizabeth Alexander was reading at the ceremony. The poet may take on a similar role in different cultures. But in everyday life, and most of the time, the poet is an outsider. A lonely robber in the desert. That’s how it is in Europe, and so it is in the rest of the world.

 

We writers are individualists. We celebrate the same virtues as the Bedouins: perseverance and generosity. Some poets among our best colleagues know about hunger and thirst, heroic poverty and longing. There are other values than the material, and retaining this knowledge is one of poetry’s tasks.

 

Never before in the world history have so many people been living in exile – today we are all a kind of nomads. It is a paradox that nationalism flourishes at the same time. We are poets and reside in the literary republic. Physically we are in Shanghai, Bogota, Istanbul or Copenhagen, but poetry is our mental and spiritual homeland.

 

Poetry is not for sissies. The task is to keep an eye on those in power and to speak about things as they are. If the truth is suppressed, poets are the first ones to be jailed, and this is logical. But poetry is adjacent to the music, and when a poem is successful, the words has a deep resonance in the mind and soul. Good poetry is magical.

 

Poetry must be committed to life’s beauty and grandeur – and to the problems of daily life of ordinary people. To seek truth is like hunting lizards in the dark, and no matter how we twist and turn, the ass is at the back. We must be honest about our confusion. Art is in search of a deeper truth than political solutions, but still poetry always want to be a critical instance with the additional duty of telling the truth about real problems in the real world.

 

In this context it is essential that we get more good translations. As a European writer I am completely trapped in the Latin alphabet. Chinese and Arab writers have the advantage over European colleagues, many of them read two alphabets. How many alphabets are there in this world? I asked my Mom, she doesn’t know. I asked the taxi driver, he can’t answer the question either. Nobody knows for sure, but there are many, and alone Chinese, Hindi, Bengali and other Asian alphabets are used by more than one third of the planet’s population.

 

So let us pay tribute to our translators, they build bridges between the many alphabets in this world – and they thereby create the conditions for a growing international understanding. Let us hope for a new flowering of art and poetry in a peaceful world. International communication is more important than ever. Poetry can contribute positively to the understanding between the world’s peoples and cultures, and contribute to the respect for the individual and his personal dream of a life in happiness and harmony. We all share that dream.