5 poemas de «Herbolario íntimo (2022), de Aleyda Quevedo Rojas

 

Herbolario íntimo recibió el Fondo de las Artes Literarias del Instituto de Creatividad e Innovación del Ministerio de Cultura del Ecuador (2023). El libro fue seleccionado por un notable jurado internacional conformado por Gustavo Darío López, Francisco Garamona y Fabián Darío Mosquera. Está acompañado por un video arte que puede verse aquí.

 

 

Por Aleyda Quevedo Rojas

Crédito de la foto Centro Ed. La Castalia 

 

 

5 poemas de Herbolario íntimo (2022)

de Aleyda Quevedo Rojas

 

 

Hiedras

 

En este tejido ciertas hojas crecen

con enormes puntas disonantes.

Hojas que chocan y pican la vista sobre el muro.

 

Ya se abre la flor otoñal de mi alma

susurra Else Lasker-Schuler,

una mujer que cultivó flores machos y hembras

como si hubieran sido maíz y calabaza.

 

Hay que dominar el arte de guiar la hiedra,

podar y extirpar, pero nunca dejar de sembrar

pimientos rojos y verdes que alimentan nuestra vista.

 

En mi jardín natal,

oscuros tejidos contactan a la noche,

quiebran mi alma bastante afectada

por las hojas en fuga de la hiedra.

Y sueño que estás soñando dentro de un mismo sueño,

donde nuestras hiedras se bifurcan al final de muro.

 

La poeta Aleyda Quevedo Rojas.
Crédito de la foto: Juan Carlos Astudillo

 

Teoría del tulipán

 

Es mi flor, mojada y fragante, con todas sus aspas

abriendo el grosor brilloso de la edad madura.

 

Bajo los ojos cínicos de los mismos hombres

-que, aunque te causen amadas sensaciones –

nunca dejarán de observarte con malicia y frialdad.

 

Mi flor insomne crece, abre cristales y pensamientos rígidos

de quienes aún no logran comprender la botánica femenina.

 

 

 

Plantas paternas

 

Lo que has plantado aquí querido padre,

lleva hacia una secuencia de ideas sobre el respeto.

Las cosas como son: el corazón de las lechugas es blando,

tan dulce que evoca tiempos de infancia juntos, los cinco,

tiempo crocante sentados a la mesa devorando sol.

El árbol de aguacate en su vehemencia provoca que nos descalcemos,

-ese aguacate ha resistido heroico muchos traslados y cruces-

por suerte todos en el mismo terreno donde diseñaste tu jardín,

pensando en un campo de fuerza que nos contuviera en tiempos difíciles.

Por lo tanto, la idéntica humedad de la tierra y el mismo tono de la pasión

nos mantienen unidos, arrojados a la confianza del níspero,

y la bondad de la albahaca que sana y fortalece los nervios.

Están las plantas de las macetas –ardientes en el patio- sin meterse con nadie.

Y el rey del terreno: árbol de tomate que incita a la memoria y vence la altura.

Más todos los de casa sabemos que es el aura del capulí la fuente energética

que protege y sostiene el viejo hilo de tu voz con misteriosa lealtad.

 

 

Tilo

 

Impúdicas flores del tilo

hacen que tristeza se vuelva liviana,

más abierta camuflada por leve virtud.

Más y más ligera alma conteniendo paciencia.

 

 

 

Albahaca

 

Sobre la contenida hierba

que perfuma tu cuerpo

elijo el viscoso verde medicinal

que se extiende sobre tu pecho compasivo

Te beso y me sabes a pesto

a musgo aromático

y raíces marinadas con saliva

a arbusto tímido y estimulante

cual phatos de la botánica

En la extensión lisa del sartén

arden las emociones de las hojas frescas

la pintura fugaz del amor que reverdece.

 

 

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