Sobre «Ahí donde el riesgo late» (2025), de Iria Fariñas

 

Por Paula Aparicio Cejudo*

Crédito de la foto (izq.) ©Mara Saiz /

(der.) Ed. Piezas azules

 

 

Sobre Ahí donde el riesgo late (2025),

de Iria Fariñas**

 

 

En los últimos años he desarrollado la costumbre de escribir las reseñas a la vez que voy leyendo los libros. Desde el inicio, especialmente si hay un prólogo o nota inicial, voy tomando notas para ver qué quiero decir o en qué me tengo que fijar durante la lectura. Qué es lo que desde el principio me llama la atención. En Ahí donde el riesgo late de Iria Fariñas, la experiencia no ha sido diferente. Ya desde el inicio subrayé algunas cosas que Rodrigo García Marina comentaba en el prólogo. Gracias a esto, entré a leer a Iria quizá confundida, siempre me pasa con los libros de relatos, pero llena de interés. Algunas palabras que quiero remarcar del prólogo de García Marina que fomentaron este interés podrían ser: monstruos, bestias, crímenes, boca, culto, mórbidos, violencia, freak show, cuerpos, marioneta, sinuoso, mimética, sinestésica, infantil, cruel, voyeur, hambre, caníbal, belleza, hechizo, juego, magia.

Justo cuando Iria me preguntó si quería leer su libro estaba leyendo otro parecido. Otros relatos de alguien que también tenía la poesía en las manos. Cuando alguien es poeta se nota, se nota en su forma de describir lo cotidiano y en su forma de reflexionar, en la manera en que mezcla lo micro y lo macro, lo fantástico con lo habitual. Los poetas tienen un mundo onírico y a la vez cotidiano en sus bocas. En el caso concreto de Fariñas, sabemos que juega con ventaja a la hora de crear por su experiencia con la performance. La palabra es su herramienta y su amiga, se crea una simbiosis entre la poeta-escritora-narradora y la palabra que pasa a ser también la nuestra, las lectoras nos convertimos en una parte más de esta relación.

 

La narradora Iria Fariñas

 

Desde antes de empezar a leer el primer relato, sabía que iba a encontrar algo interesante por la cita que lo acompaña. Fariñas toma un fragmento de Cometierra de Dolores Reyes en “Mientras falten los perdidos” y así empezamos a intuir por donde transitarán sus palabras ¿a lo largo del libro? Quizá nos sorprenda, cada relato tendrá su forma única, su moral disuelta.

Una de las primeras frases que marqué en la lectura fue del segundo relato, “Tierra adentro bailan las larvas”: Que qué esperábamos, es un misterio. Un salvador, quizá. Y en vez de pensar en Kafka, como Rodrigo García Marina en el prólogo, pensé en Samuel Beckett. En ese absurdo de la espera y la esperanza que mantienen a Vladimir y Estragon, en este caso a el Michi, el Pulgoso y el narrador. Siempre tratamos de aferrarnos a algo, ya sea grotesco o absurdo, siempre buscamos alguna clase de señal para continuar o para dejarnos ir. ¿Tendrán ellos, todos ellos que nos esperan en estas páginas, su Godot particular?

“Ventana de emergencia”, el tercero de los relatos, cambia radicalmente de tono con los anteriores, algo que funciona como una chispa que nos incendia haciéndonos querer leer más y más. A caballo entre la diversión y lo extraño, nos adentramos en un relato más bien creepy y lleno de tensión. “Al fondo de cada garganta desovan los anfibios” sigue también esta tónica, cerrando la primera parte con un relato entre el realismo mágico y lo religioso, muy en concordancia con el anterior y que se mantendrá durante toda la obra dándole así un tono único.

 

 

Pareciera que todos los personajes que Fariñas ha creado en Ahí donde el riesgo late estuvieran buscando algo. Una salida, la salvación, una respuesta. La nada. Algo. Lo que sea. También, parece que fueran intangibles. O que al menos nuestra lectura lo fuera. ¿Somos nosotras, lectoras, un espíritu, un fantasma, o lo son los protagonistas de este libro? Un aura de juego y magia recubre estas historias, un mundo onírico que se parece tanto al real, pero a la vez mantiene esa apariencia de sueño, un sueño de esos vívidos que parecen películas trepidantes. La escritura de Iria también es así, vertiginosa, rápida, reflexiva y filosófica. Los relatos son un género complejo ya que no siempre es fácil encontrar el punto justo entre longitud y contenido, aquí tenemos un ejemplo de cómo hacerlo perfecto. Relatos breves, pero intensos. Algunos con los que poder identificarnos, otros con los que empatizar con el otro, otros simplemente para leer y leer deseando llegar al final, entender qué ocurre, qué hay detrás. Quizá también para juzgar. ¿Podría hacer yo eso si me viera en la situación? ¿Me atrevería a dar ese paso, a entrar en esa acción, o sería la que no buscase, la que no esperase, la que no lo intentaría? Se desprenden tantas preguntas de este riesgo, que al menos yo no puedo dar todas las respuestas.

Otro punto interesante que encontramos en esta colección es el borde. Las historias, los personajes, parecen encontrarse ya no solo en esa búsqueda, sino también en la frontera. Una frontera que es marginal, solitaria. No encontrarás aquí historias dulces y amables: serán raras, monstruosas, extrañas. ¿Diríamos que son relatos oscuros? Quizá. ¿Cómicos, aunque no de risa? A veces. ¿Fosforitos? Todo el tiempo. También pegajosos. La escritura que encontramos en Iria tiene siempre algo denso, como lo son el amor y el deseo. Hay algo trepidante en la atracción, hay algo hipnótico, viscoso, que nos envuelve y nos atrapa. Ya desde su poesía en libros como atravesar una gota con una aguja o quién extrajo el hueso, nos enredamos en esta miel, este hilo, esta baba que nos ha llevado hasta estos relatos, hasta esta narrativa rara, pringosa, atrayente.

 

La escritora Iria Fariñas

 

Ahí donde el riesgo late es un libro lúcido a la vez que onírico. Doce relatos sobre la esperanza, la espera, la tragedia, el amor, el hueco que cada uno ocupa en su mundo, la identidad, la religión o al menos lo espiritual, los abismos, los límites y los extremos hasta los que somos capaces de llegar. ¿Humanos o bestias? ¿Niños o adolescentes o adultos? ¿Reales o inventados? ¿El bien o el mal? ¿Lo hermoso o lo terrible? ¿Habrá escuchado Iria esa canción (o habrá leído el poema en que se basa) que dice si no puedo ser hermosa seré terrible y si no puedo ser terrible seré grotesca?

Dice un fragmento del relato «Si acaso fuera un pedazo de tu forma»: Los humanos hacen mucho eso. Quieren ser héroes y destruyen la belleza. Y esto resume los relatos que encontraréis al acercaros a este libro, unos antihéroes encerrados en la performance o marionetas en un teatro de guiñol o actores encerrados en una obra dramática que solo Iria Fariñas podía escribir.

 

 

 

 

 

*(Toledo-España, 1998). Poeta, correctora y lectora editorial. Codirige la comunidad para lectores y escritores Hueco Literario, comenta libros en su cuenta de Instagram y escribe en Substack todo lo que se le pasa por la cabeza. Ha publicado en poesía Lítost o fluir… (2020) y Tallar aquí el nombre (2024); y en ensayo Manifiesto cuerpa (2024).

 

 

 

**(Madrid – España, 1996). Escritora, poeta y performer. Estudiante de Filosofía por la UNED (España). Ha publicado libros de relatos y poemarios, entre otros, Ahí donde el riesgo late (2025), Atravesar una gota con una aguja (2025) y La nieve brota en cautiverio (2024). Obtuvo el Premio Energheia España (2024, relato), el Premio de Literatura Breve Vila (2023, Mislata) y el Premio Incendiario de Poesía (2022). Su performance «gota espejo bisagra» ganó el concurso público de proyectos de Alacant a escena (2023) y fue finalista de los premios WeNow en 2024. En general, siempre está tramando algo.

 

 

Vallejo & Co. | Revista Cultural - POESÍA - FOTOGRAFÍA - NARRATIVA - CINE - MÚSICA - TEATRO - ARTES - PLÁSTICAS - CREACIÓN - CAJÓN DE SASTRE