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Por Rafael Martín Calvo*
Texto de Belén Terriente Ballesteros
Crédito de la foto (izq.) Ed. La tortuga búlgara /
(der.) www.en.venta.lv
Acerca del libro
En este lienzo que nos brinda Rafael Martín Calvo, la cotidianidad germina en reflexión; el huerto, la repisa, una manivela, los zorros, un cerrojo, la piedra… el “día que solo busca ser suficiente”. El ser humano, «lento hijo adoptivo» de la tierra, se declara incompleto ante una naturaleza perfecta que le ayuda frente a la desolación. “aunque/ estar duela”.
A través de una versificación muchas veces sorprendente, se aúnan en este poemario la experiencia y el devenir de las estaciones con lo surreal, la yuxtaposición de imágenes, objetos, conceptos, donde la conciencia es “funambulista” sobre una «fina línea negra que no ofrece frontera». Y así, con el lenguaje como “hondo andamiaje” y “raíz aérea”, el mundo se perfila en el telar de los ojos, “donde extraviarse sacia” y es digno dedicarse “a la nada y a permanecer”.

5 poemas de Figuras sucesivas (2025),
de Rafael Martín Calvo
Alimento
En las pozas a cielo abierto buscaban
los corzos alimento.
Bebí de sus cuellos, comí
pájaros y acedera para desdecirme. Busqué
nueva sed en la tarde arenosa.
Vive el cuerpo a merced de los frutos
extravagantes. Vive de lanas vírgenes, de finas
raíces lechosas.
Es ciego el cuerpo saciado,
sordo al deseo, una deriva.
Kishōtenketsu, X
La casa preñada. Arden
las puertas. No quedan insectos
en su interior.
La casa con la boca abierta,
el aliento perecedero,
los escalones sin concretar.
Naceduras en el surco
que rebusca y persevera.
Dile cómo te llamas,
ábrele el espacio de tu cuerpo
y hundirá sus cimientos en ti.
Estrategia de la continuidad
Cuando vuelves de la casa oscura
no vuelves sino con las articulaciones
aguadas.
Buscabas el rescoldo,
la brasa antepenúltima (pocas
quedan).
Dos voces abandonadas al tiempo
en la repisa nocturna.
Algo dirás aún
con gravedad, algo sobrio
y elemental como pan o higuera,
voz que restaña
el sangrado del tiempo.
De Avibus (Hugues de Fouilloy, ca. 1132-1152)
Lengua alta, lengua sin condiciones,
alzada a pulso sobre los duros insectos
resplandecientes.
Recio el bestiario, iluminado. Los horizontes
se lamen las pelambres y recrean
ásperos juegos salvajes.
Hecha eco fugaz,
con su pico va el ave
deshaciendo el nudo de las horas,
lo diurno tan despierto
bajo el exceso de sol.
Jugamos al despiste
por la linde de esa mandíbula y muy pacientes,
con la uña por cincel, vamos desgastando
el azogue del envés.
Y esta conclusión:
en un paisaje de hojas afiladas
las tierras se licúan para no sufrir.
Corre el aire
Bucle de la hoz
en el aire. Se traza con ella
un apunte de guijas y aguijones.
Una fortificación de nubes
y mimbreras y, sobre el tocón
gris, el plumón más gris
del polluelo de la motacilla,
expectante, boqueroso.
Hay aquí un muro,
pero no es de tiempo.
Corre el aire, acechan
los tábanos sin malicia.
Cada molécula es responsable
de sí misma
y nada más.
*(Córdoba-España). Poeta. Traductor e intérprete y doctor en Lingüística Contrastiva. Tras residir en EE.UU., Francia, Reino Unido, Suiza y Noruega, en la actualidad, reside en Letonia. Se desempeña como profesor en la Universidad de Ventspils (Letonia) con actividades de creación y traducción literaria. Obtuvo el Premio Andaluz de Poesía “Villa de Peligros”. Como traductor colabora con el centro Latvian Literature en la difusión de la poesía y narrativa letonas en lengua española. Además de varios estudios de carácter académico en el campo de la morfología y la traducción, ha publicado en poesía de repente, mineral (2003) y Rudimentos para un espacio interior.


