Apuntes sobre «La bella revolución» (2025), de Ángel Padilla

 

Vallejo & Co. reproduce esta reseña publicada por su autor por primera vez en la revista literaria Aguaviva, en el número 5 de primavera de 2025.

 

 

Por Elena Villamandos*

Créditos de las fotos (izq.) Elisa Ramón /

(der.) Ed. La Tortuga Búlgara

 

 

El poeta que escucha caballos trotar alrededor y

que se pone coronas de flores donde los pájaros posan sus trinos.

Apuntes sobre La bella revolución (2025),

de Ángel Padilla**

 

 

El poeta raro que escucha caballos trotar alrededor y que se pone coronas de flores donde los pájaros posan sus trinos vino a mi casa un día y se quedó a dormir en la litera del salón. Mis gatas lo saludaron tranquilamente, incluso la más asustadiza y él, antes de acostarse, me entregó su libro para que le echase un vistazo. Nunca había oído hablar de aquel poeta raro que escucha a los caballos susurrarle al oído; por ello, ya sumida la morada en el silencio de la noche, me senté en la cocina y abrí las páginas sin grandes expectativas. Leí los primeros versos:

Han entrado caballos a todas las bibliotecas

y están pisando todos los libros queridos

a la busca de uno que diga la verdad

 

Ya no pude soltarlo. Yo, hipnotizada por tanta lucidez visionaria. El reloj marcó las tres de la mañana. Las palabras, impresas sobre fondo blanco, alumbradas por el tenue foco de la cocina. Yo, completamente sumergida en la belleza y en la verdad de aquellos versos, también en lo que ha sido y es la base de nuestra civilización: la crueldad humana.

Ahora, tras varios meses, repito esta lectura, decidida al fin a enfrentar el reto de analizar una obra de tal magnitud:

Han entrado caballos a todas las bibliotecas

y están pisando todos los libros queridos

 

 

El poeta Ángel Padilla

 

Intento centrarme únicamente en las voces poéticas y no en la imagen performativa del escritor que se pone coronas de flores donde los pájaros anidan sus trinos:

Han entrado caballos a todas las bibliotecas

 

Así inicia Ángel Padilla este poemario animalista y profundamente crítico. El grito de los animales suena en cada verso para iluminar esos oscuros rincones de nuestra conciencia dormida, narcotizada por el consumismo indiscriminado y por la supremacía humana frente a la naturaleza. El testimonio de los inocentes, de los sinnombres, históricamente borrado, silenciado, con el único fin de sostener y alimentar un sistema económico basado en la explotación, la esclavitud, el sometimiento de los seres sintientes del planeta, sus asesinatos. La humanidad perpetúa su poder, con toda su violencia, sus guerras, sus mataderos.

Matadero

Matadero

Matadero

Matadero

 

Los animales manifiestan la verdad del mundo, protestan, claman, animan a las generaciones venideras a alzarse a través de los versos del poeta y nos hablan, de este modo, desde la enunciación antigua de la rosa:

Llegamos de una rosa antigua

de una enunciación antigua de la rosa

llegamos de unos pliegos amarillos

que sólo olían ya a polvo y a muerte

 

Con enorme optimismo, dirigen su voz hacia los no nacidos, apostando por el despertar de sus conciencias. Aseguran que son la esperanza del mundo, el porvenir, las porfinllegadas, los porfinllegados, les nombran. La mentira es la historia de la humanidad, la gran mentira.

Porfinllegados,

este es el día en que la mentira será puesta del revés,

en que el río retornará por los cauces resecos,

decidme lo que soñáis porque es mi mismo sueño.

 

 

Un mensaje pleno de esperanza, de confianza en las generaciones venideras, a pesar de la pena, a pesar de la muerte y de la esclavitud, un resurgimiento y un canto ilusionado a todas las que están por llegar; como en ese hermoso poema titulado, “Laura los Pueblos”, en el que el poeta construye, para su sobrina, versos como estos:

Y te veo cantando con las aves de invierno.

Y te veo muy digna acariciando un cordero.

Y te veo en la gruta dando luz al ciego.

Y te siento cantando con tu voz los pueblos.

 

Interesante esa tonadilla que tienen algunos poemas de esta antología, sustraídos de gargantas de jilgueros. Estos aparecen en contraposición con otros, sin rima alguna. Encontramos también piezas más cercanas a la prosa poética, en las que el trote de los caballos se hace evidente o el rugido furioso del toro en su embestida o el mugido aterrorizado de la vaca en el matadero o, incluso, el gruñido tierno y lleno de amor de un puerco hacia otro u otra de su especie en ese poema titulado “Te quiero”. El poeta no se ciñe a una técnica y estilo, sino que escucha y adapta los versos al mensaje que está canalizando en cada momento. También resultan imprescindibles aquí las reflexiones que él mismo hace, a lo largo del libro, sobre el propio proceso creativo. ¿Quién está realmente escribiendo esto?, se pregunta alucinado el poeta, encandilado por el brillo de sus visiones, y la voz de su conciencia responde:

Este libro lo está escribiendo un Nosotros

o quizá por Nadie,

no tengo referencia de quien dicta estas letras

 

(sólo sé que hay un amor

que no me deja dormir)

 

Tenemos poemas de futuro, como esa “Carta a los aún no nacidos”, fascinante, cargada de mensajes premonitorios donde, con claridad, expone lo siguiente:

Y le hablo a vuestro dentro de cien años.

 

Pero no es Ángel Padilla quien habla, sino esos caballos que fueron en busca del libro que dijera la verdad y que, al no encontrarlo, decidieron que esta verdad jamás nombrada fuese escrita a través de su catártica pluma. Los animales afirman con contundencia:

(Dijeron: somos pocos

para esta bella guerra.

Avanzaron

y en el verbo avanzar

vieron que eran millones).

 

El poder del lenguaje se trasluce a lo largo de todo el poemario, el lenguaje como arma para aplacar la mentira que ha sostenido el sistema patriarcal capitalista. Así, lo no nombrado emerge de sus páginas, como ese barco que rompe viejas maderas, que echa abajo muros y avanza por los pueblos, una imagen de una simbología enorme que podemos leer en “Cantos para Iratxe”.

Es en el momento del despertar de las conciencias, en esa acción que supone lo que el poeta define en otro de sus versos como la defensa en los campos, cuando vemos que somos muchos los que avanzamos hacia la liberación. Profetiza el clamor de la libertad de todos los seres, apelando a nuestra memoria más genuina y primigenia, a la semilla que nos enlaza con el futuro del mundo:

¿Y del sol? Dicen que morirá.

¿Y la Tierra? Miradla.

No hay futuro. Esa es la verdad. Todo está roto.

 

Sí hay futuro, esa sí es la verdad. En vuestra profunda memoria

está escrita la palabra que abre ese futuro

 

El poema, “Laura los Pueblos», merece, bajo mi punto de vista, una mención especial. Se dirige a su sobrina, Laura, a la que considera la representación de toda esa futura generación de porfinllegadas que conectará las conciencias. La esperanza reside en ella. Un canto a las mujeres como cuidadoras de la madre Tierra y de todo lo sintiente que en ella habita, portadoras de la evolución espiritual necesaria para la transformación del mundo.

También quiero mencionar el poema “EH, HUMANO!”, que supone un llamamiento, un tirón de orejas a la humanidad por sus atrocidades. Transcribo algunos de sus versos:

¡Humano, eh!

 

No escuches, nadie te habla.

(una batalla de flores avanza)

(tus tanques tus templos tus héroes

(tu fantasía de tu casa y el sofá

(la tele

(el tabaco y la nevera

(llena de soles muertos

(llena de praderas envasadas

(llena de nadas y de nadas

(que fueron todo

(azul y azul

 

No has oído nada. Tranquilo.

 

Sólo fue el viento.

Sólo fue el mar. Lejano.

Sólo fue la muerte.

 

Solo.

 

El poeta Ángel Padilla.
Crédito de la foto: Elisa Ramón

 

En la pieza, “Yo llamo a un mundo”, el poeta llama a un nuevo mundo, justo, un mundo vinculado con lo ancestral, con la naturaleza primigenia que aún reside en lo profundo de nuestra memoria, libre de las ataduras de la explotación y del poder. La poesía está contenida en todas las cosas de la naturaleza, cuando dice:

Al sur de todas las fiebres,

en el nacimiento de todas las olas,

bajo cada piedra, y allí donde miras,

al oeste, y donde no miras, en sus pies,

al otro lado de la vidriera, a este lado

o entre la hierba rosácea, en la pena, bajo el sol,

recogeréis el poema.

 

Y bajo la alfombra conocida de la vida

recogeréis el poema.

 

En cada punto del cielo también están (los martillos)

Sin ojos, sin manos, sin pensamientos

recoged el poema

 

El lenguaje cobra una importancia vital como promotor del despertar, evocador de nuevos mundos, con capacidad intrínseca para cambiar las cosas. Se halla en la voz poética de la naturaleza y de los seres y también en las capas más hondas de nuestra memoria.

Lo que somos, sobre todo,

es lo que hemos olvidado

 

Adelante!

 

De esta forma nos anima a buscar a nuestra madre en ese hermoso poema titulado “Busca a la madre”, porque ella está sola, dice, la hemos abandonado. Visitarla supone ya no ser nosotros, arrancarnos de cuajo el ego y el individualismo y convertirnos en esa cebra que recorre la plaza; otro símbolo potente de la liberación. La naturaleza se levanta del cemento de la ciudad:

Hoy arañó la tierra

y se levanta Viva.

 

“Ya están los esperados”

 

(que cosieron sus labios

con hilo de cemento)

 

En “Decir de los silenciados”, leemos poderosas escenas de la matanza, del exterminio animal. Secuencias precisas de la esclavitud desde la visión del propio animal que la padece. El exterminio y el holocausto comienza con estos desgarradores versos que nos recuerdan a los campos de concentración nazis:

Silenciosamente, los Nadie.

Millones, tan lejos y tan cerca, Nadie.

Ocultos a nuestra vista, en ruinosas naves.

 

Esta es nuestra zona de confort, sin duda, este genocidio animal que no queremos ver, esta realidad que se nos oculta, lindamente decorada, para no incomodarnos. En “Hay un prisionero”, el ruido sordo de las matanzas es silenciado por las ciudades y la velocidad de sus sistemas productivos, el capitalismo que necesita perpetuarse desde la crueldad:

Dime, cuñado mío, te encerraron

como encierran a más, siendo inocentes

Dame una señal y entraré

Tantas señales tapándonos aquí, es muy difícil

 

Matadero

Matadero

Matadero

Matadero

 

De este modo nombra el poeta el matadero, con toda la crudeza de la palabra al desnudo, y nombra también a todos los prisioneros. Destapa y señala los lugares donde pueden hallarse sus cárceles para, más tarde, hablarles a los que han sentido su toque de hierba:

Será un día de mucha luz

No por la verdad de una luz

Será por la disposición de los ojos

Los sentidos

Éramos cables de luz no conectados

Somos ceniza y traje gris de preso

 

Ese día la tierra se encenderá amarilla

 

Los cascos de los caballos

Las manos de las ancianas

 

 

Hay mucho más en este libro: trescientas sesenta y dos páginas de poesía visionaria, de palabras sacadas de la fuente primigenia, la mentira disfrazada, aquí señalada y vuelta del revés. Tanto que queda aún por decir, porque La Bella Revolución no es solo La Bella Revolución, también es Oracciones, Cantos para Iratxe, Yesterday, El libro negro, Canción del sol, El dolor y El libro amarillo de Agosto. Libros dentro de libros, verdades dentro de verdades. Cuanto pueda escribirse respecto a esta obra resulta minúsculo frente a la obra en su conjunto, porque sólo podremos entenderla desde la experiencia de la propia lectura. Por este motivo acabaré mi humilde texto de aproximación al libro de Ángel Padilla, editado hermosamente por La Tortuga Búlgara, recordando al poeta que escuchaba caballos trotar alrededor y que se ponía coronas de flores donde los pájaros posaban sus trinos y, como mismo empecé esta reseña, transcribo a continuación unos versos que también yo sentí leyendo aquella noche La Bella Revolución:

HAN ENTRADO CABALLOS

 

Ha entrado un caballo en mi cuarto.

Esta mañana que vi llover y ahora hace sol.

El caballo, que es negro, me dice ven conmigo,

“hay un lugar más allá del sol”.

 

Y han entrado caballos

en todas las bibliotecas

buscando entre los libros queridos alguno

que diga la verdad.

 

Los caballos que trajo consigo el poeta al que un día invité a mi casa no han dejado de estar también a mi alrededor. Les doy las gracias.

 

 

 

 

 

*Narradora y poeta. Ha publicado en novela Alteración y Fuga, Pasajeros del tiempo y La criatura en el espejo; en relatos Curiosas ataduras. Cuentario; y en poesía Poética y Vida y Egipto. Obtuvo el Premio Isaac de Vega (1996) y el Premio de cuentos Ciudad de Santa Cruz de Tenerife (2000). Imparte talleres de escritura y de iniciación al texto dramático y escribe crítica literaria en su columna La columnata para la revista digital Gafe. Colabora así mismo con otras revistas y espacios de difusión literaria.

 

 

 

**(Valencia-España, 1970). Poeta, novelista, dramaturgo y activista animalista. Ha obtenido el Premio Ignotus a la mejor novela corta (2008), el Certamen Internacional de Poesía Joven La Grúa, el Certamen de Lecturas Poesía en Abastos (Ayuntamiento de Valencia), el Certamen de relatos SOS Racismo Madrid, entre otros. Algunas de sus obras de teatro han sido representadas en España y Sudamérica. Sus últimas publicaciones son La bella revoluciónLos hijos de Romeo y JulietaHumanzee, entre otros.

 

 

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