La presente entrevista, que ahora publica Vallejo & Co., es la versión ampliada de la que publicó originalmente su autor, en el número 173, de julio-agosto de 2025, de la revista Adiós Cultural.
Por Javier Gil Martín*
Crédito de la foto (izq.) archivo autor /
(der.) Ed. Ultramarina C & D
Perros habitados
por las voces del desierto:
50 años de Infrarrealismo
En el México de los años 70 un grupo de jóvenes escritores, mayoritariamente poetas, articuló un proyecto subversivo bajo el rótulo de “infrarrealismo”. En un ámbito en el que los agentes culturales estaban en gran medida en continua convivencia (o connivencia más bien) con el poder político, su propuesta pasaba por una “ética transformativa”, como la caracteriza uno de sus miembros, Rubén Medina. Ha sido además Medina el compilador de una antología de significativo título, Perros habitados por las voces del desierto (Poesía Infrarrealista entre dos siglos) que, en 2024, gracias a Editorial Ultramarina C & D, trajo al ámbito español una nutrida muestra de la poesía del grupo mexicano. Se cumplen este 2025 los 50 años de la aparición fulgurante del que fue para algunos —como Sofía Sánchez Martínez, autora del prólogo del libro— “el último gran movimiento de neovanguardia del siglo XX”. Debemos también a Ultramarina C & D, así como a la barcelonesa Ediciones Sin Fin, la recuperación necesaria de mucha de la obra de los autores infrarrealistas y de coetáneos americanos con los que tenían una gran afinidad espiritual. Para celebrar estos 50 años y conocer más del infrarrealismo conversamos con los mencionados Sofía Sánchez Martínez, poeta y estudiosa del movimiento, Rubén Medina, participe y custodio de su memoria, y con Iván Vergara, editor de Ultramarina y promotor de la Plataforma PLACA.
Entrevista
Javier Gil Martín [JGM]: Muy buenas a los tres. En su tesis doctoral, Sofía llama a los infrarrealistas “una tribu de hermanos”. Si os parece, podríamos empezar quizá ubicando qué fue eso del infrarrealismo y qué sois los infrarrealistas.
Sofía Sánchez Martínez [SSM]: Esta “tribu de hermanos” es una idea que alimentó el cuarto y último manifiesto infrarrealista escrito por Roberto Bolaño en 1977, llamado “Manifiesto infrarrealista: las fracturas de la realidad”, y que permaneció inédito durante 35 años, hasta que apareció en el 2012, lo cual lo vuelve bastante único. En él encontramos una reafirmación de los postulados originarios de este movimiento tan radical y relevante para la literatura hispanoamericana, un golpe más contra las “mafias” literarias y una denuncia de las mordazas culturales que intentaron obstaculizar su relevancia. Bolaño escribe ahí:
“En fin, tratan de ahogar al Movimiento Infrarrealista. Boicotean a mis amigos. Me boicotean a mí. No aparecemos en sus antologías de joven poesía, pero sus jóvenes acólitos nos plagian (…) Kierkegaard dijo: ‘Quien se pierde en su pasión ha perdido menos que quien pierde su pasión’. Hemos perdido menos. Somos, después de todo, hermanos de nuestros cataclismos. Sólo así, puedo, podemos amar. Por el Movimiento Infrarrealista” (Bolaño, 1977).
Lo infra es dialógico, muchos poemas parecen más cartas de amor fraternal entre sus miembros, esta “ternura radical” es hoy un concepto que sostiene comunidades y une resistencias, contrario al sistema que pretende continuamente separar, deglutir y desactivar. Este rasgo me parece fundamental para comenzar a atisbar la relevancia del infrarrealismo.
Rubén Medina [RM]: Integrado por exuniversitarios, exmiembros de talleres literarios, militantes de izquierda y de la contracultura, los infrarrealistas conforman un grupo de jóvenes poetas latinoamericanos entre los 18 y 23 años, aproximadamente, que comparten un profundo desdén y rechazo de la institución literaria y cultural en México, de la que Octavio Paz es la figura dominante. El infrarrealismo se forma entre el verano y el otoño de 1975 y es la cristalización de los esfuerzos de varios miembros del grupo por fijar una ética-estética sustentada en la unión vida y arte; entendida esta no solamente a nivel discursivo, sino además a través de posturas personales e intervenciones basadas en una “ética”. Dos posturas caracterizan al movimiento: su oposición permanente contra las mafias literarias en México y la posición estratégica de mantenerse al margen o fuera de esa institución.

[JGM]: En un ámbito que se encuentra bajo unos parámetros de producción cultural muy diferentes a los vivieron los poetas infrarrealistas, pero muy necesitados también del trabajo desde los márgenes, ¿qué creéis que aporta potencialmente esta amplia mirada a la poesía infrarrealista y la recuperación de otras obras de autores del grupo?
[SSM]: Para comenzar a equilibrar la balanza, completar la historia de la literatura, que es la historia de los pueblos, no olvidemos esa máxima de Verástegui, gran poeta de Hora Zero (ese movimiento hermano del infrarrealismo), “la poesía es el motor de la historia”. Tenemos los jóvenes escritores de los márgenes del siglo XXI el deber de leer y difundir la obra de estos movimientos de las neovanguardias latinoamericanas, romper mitos y recuperar la obra; en este caso, hacer un proceso a la inversa que esa maravillosa “ficcionalización” del grupo en la conocida novela Los detectives salvajes de Bolaño, e ir a leer inmediatamente a Mara Larrosa, Rubén Medina, Cuauhtémoc Méndez, Pita Ochoa, Eduardo Guzmán Chávez, Pedro Damián, etc. Que son escritores potentísimos, más allá de los personajes que conforman el venerado “realvisceralismo”. Sus poemas, novelas y obra plástica están allí, fuera de las páginas, en la vida. Y si recordamos la máxima infra: la poesía no está separada de la vida.
[RM]: En el contexto de los años setenta en Latinoamérica, el infrarrealismo propone superar dos rutas para la poesía y los poetas. Una sería la poesía social o de protesta, una poesía testimonial y de denuncia subordinada a las agendas políticas del momento (exilio, represión, masacres, etc.); la otra sería la militancia, como en el caso de Roque Dalton, Javier Heraud y otros, que dejan la poesía y se convierten en guerrilleros. El infrarrealismo asume, en cambio, una tercera postura: la poesía como el corazón mismo de la rebelión, el propio lugar y materia de la insurrección tanto a nivel discursivo como a través de acciones específicas contra la institución literaria. Vista como una vanguardia sin obra, los infrarrealistas, no obstante, producen una obra sólida y consistente que circula en revistas, hojas, fotocopias, libros de poco tiraje desde finales de los años setenta, desarrollando una gran diversidad de formas estéticas que dan cuenta de los hoyos negros de la vida cotidiana. Esas obras, ahora con mayor circulación, muestran que se puede hacer una poesía diferente fuera de la institución literaria y desde los márgenes (los espacios de vulnerabilidad). A cinco décadas de su surgimiento, las obras representan la vigencia del infrarrealismo y de sus planteamientos éticos y estéticos.
[JGM]: Desde los márgenes también ha surgido la propia Editorial Ultramarina C & D así como la Plataforma PLACA, que desde hace casi 20 años promueve el Recital Chilango Andaluz, tendiendo puentes desde ambos orillas atlánticas de la poesía en castellano. Cuéntanos, Iván, cómo consideras que se emparenta este movimiento tan importante con el que iniciaron los infras hace ahora 50 años.
Iván Vergara [IV]: Lo que ha sucedido en Sevilla con la Plataforma PLACA y el Recital Chilango Andaluz no fue nunca una imitación del movimiento infrarrealista, pero sí un gesto nacido del mismo impulso: abrir un espacio desde los márgenes cuando el centro no te recibe. Nuestra historia es otra, es personal, migrante, andaluza y mexicana a la vez, pero definitivamente tuvo un punto de partida simbólico al leer Los detectives salvajes y entrar a la obra del grupo infrarrealista, decidir, como grupo de poetas, que en la periferia sevillana también podíamos crear un territorio propio para la poesía.
Lo que empezó como una necesidad —la de un grupo de jóvenes sin padrinazgos, sin recursos, racializados, invisibles para la centralidad cultural— se transformó con el tiempo en un ecosistema. No éramos académicos (aunque alguno cursara un doctorado), éramos poetas y gestores que apostamos por la calle, por el libro hecho a mano, por la lectura en bares, por el cuerpo frente al micrófono.
Con los años nos dimos cuenta de que lo que estábamos haciendo era introducir una vanguardia poética real, diversa, transatlántica. No había un tejido como el que construimos en Sevilla, ni en Andalucía, y tal vez ni siquiera en España. Y no es exageración: hemos cambiado la vida poética de esta región con nuestra presencia constante, migrante, desobediente y fértil. El RCA ha sido un festival sostenido desde la contracultura, sin subvenciones estructurales, con impacto real en el tejido cultural local e internacional.
Hay una anécdota que quizá lo resume bien. Caminando por la Quinta Avenida con Rubén Medina, después de grabar un video exprés en el Hotel Chelsea, me dijo: “Oye, Iván, esto que acaba de pasar fue muy infra”. Yo le respondí: “Rubén, llevamos 17 años haciéndolo así”. Ese así es la clave: fuera de los cauces institucionales, creando lo que no existía, resistiendo sin dramatismo, pero con constancia.
Hoy, con 20 años de trayectoria, puedo decir que la comunidad inmigrante sí ha transformado la vida poética española. Y sí: esta historia también puede leerse como una nueva tradición española, nacida del cruce, del margen y de la voluntad de decir.
[JGM]: Una de las cosas que caracterizó el movimiento o grupo fue sus acciones, en muchas ocasiones de subversión contra un “establishment” cultural, el mexicano, que querían combatir. Esto contribuyó al apartamiento del infrarrealismo —“criminalización simbólica” lo llama Medina—, aunque en su propio germen se encuentra esta voluntad de estar en un afuera que permitiría una escritura en libertad: “La muerte del cisne, el último canto de cisne, el último canto del cisne negro, NO ESTÁN en el Bolshoi, sino en el dolor y la belleza insoportables de las calles”, dice Roberto Bolaño. Sería así “una opción permanente en la producción cultural”, otra vez en palabras de Medina. No sé si hacia ahí apuntan esas voces del desierto que habitan los perros del título. ¿Es el margen la clave de la ética y estética infrarrealista?, siguiendo una pregunta del propio Rubén en su introducción.
[SSM]: La violencia epistémica que el “establishment” cultural mexicano ha ejercido contra las literaturas del margen ha permeado hasta nuestros días. Es grave que los cánones sigan inamovibles y, producto de esto, queden los movimientos más subversivos, experimentales y honestos relegados al “underground”, y la literatura para escritores, o estos escritores de culto como Mario Santiago Papasquiaro, cuya obra se ha traducido al francés, al inglés, al alemán, pero en una Librería Gandhi en México tienes que deletrear todavía su nombre, mientras es venerado por poetas en España, París o Suiza.
Lo mismo ha sucedido, antes que con el infrarrealismo, con el potente movimiento estridentista, ¿dónde están en los programas literarios de las escuelas?, ¿dónde su legítimo lugar en los museos? Afortunadamente los lectores, escritores e investigadores estamos alerta, y más que volverlos parte del sistema del “espectáculo” (Debord), queremos tomar testigo antes de que sean neutralizados por el mismo capitalismo. Y esto seguramente los mismos infrarrealistas te lo podrán contar: la idea es difundir en toda su complejidad, y respondiendo a tu pregunta, siempre desde el margen, que también es otro centro, pero el de la lucha.
[RM]: Para mí el margen es la clave del grupo, porque desde el momento en que el infrarrealismo se opuso y enfrentó a las mafias o el poder literario en México, implicaba que ninguno de nosotros iba a pertenecer a las mafias literarias y culturales. Y que el infrarrealismo no se convertiría en otra mafia en el poder. Fíjate, ni siquiera Bolaño, cuando se volvió un escritor bastante reconocido y de gran prestigio, usó su poder para constituir una mafia o beneficiar a sus camaradas. Eso iba contra los principios del infrarrealismo. Ahora bien, me parece que hay que entender que el margen se encuentra y se asume en cualquier actividad o comunidad a la que pertenezcamos, a través de la disidencia, la oposición crítica y la no adherencia a acciones que sean negativas, opresivas y explotadoras. Se trata de no ser cómplice. En nuestro caso, pronto aprendimos a vivir como una guerrilla urbana. El margen permite vivir con principios, con libertad.
[JGM]: Ya desde su nombre, el grupo infra establece cercanías con el surrealismo. Pero esa afinidad tiene también componentes profundos como esa indagación en los vínculos entre vida y arte o “vida y escritura” a la que apunta a Rubén Medina en su introducción y que ya se ha mencionado más arriba. Y escribió Bolaño en el manifiesto “Déjenlo todo, nuevamente” (1976): “Nuestra ética es la Revolución, nuestra estética es la vida: una-sola-cosa”, en una frase que bien podría haber escrito Breton. ¿Qué elementos en común y diferencias veis entre el grupo mexicano y las denominadas vanguardias históricas en general y el surrealismo en particular?
[SSM]: El infrarrealismo surge de muchísimas lecturas compartidas, el número de influencias sería inabarcable, pero es completamente inequívoco que el grupo nace en respuesta, crítica e inspiración por las vanguardias históricas. Este rastreo extenso vuelve la mirada a movimientos como el surrealismo, el dadaísmo, la patafísica, el futurismo ruso, el situacionismo, los poetas eléctricos; en América más tarde: el nadaísmo, los tzántzicos, el grupo antropófago de Brasil, el Techo de la Ballena, Hora Zero, por supuesto, el antes mencionado estridentismo mexicano, la generación beat, etc.
En cuanto a poetas que influenciaron a los infras, la lista podría alcanzar el centenar de nombres, pero si se ha de nombrar algunos por afinidad ética, vemos referencias directas en varios de sus miembros a Vallejo, Nicanor Parra, Antonin Artaud, Maples Arce, Efraín Huerta, José Revueltas, Michel Bulteau, etc. Algunos elementos en común con las vanguardias históricas serían el símbolo del “espíritu nuevo”, la relación inseparable vida y arte, pero sobre todo una idea de que “siente que el mundo es mundo pero no está como debiera” (verso del poeta infra Cuauhtémoc Méndez).
Por otra parte, está el fenómeno del “fracaso” del proyecto modernizador de las vanguardias del 20 para comprender las raíces del proyecto revolucionario del 70 (según Carral y Garibotto). Desde esta “épica del fracaso” es posible comprender que su destino es compartido, y que sólo a través de esta aparente desilusión podemos cristalizar la razón de su misma existencia.
[RM]: Estoy de acuerdo con Sofía en que el infrarrealismo surge de varias influencias y relecturas de la vanguardia histórica de los años 20 y 30. Pero quisiera agregar que en los años setenta veíamos a esas vanguardias y principalmente al surrealismo como vanguardias neutralizadas, acabadas, y ya como parte del canon literario europeo. Incendios urbanos que acabaron en fogatitas domésticas de salón en librerías, galerías, bibliotecas y universidades. Para nosotros había que retomar el camino de la insurrección y lanzarse a la aventura, pero con una “ética crítica” (no solo se trataba del dilema de unirse o no al partido comunista, como en el caso del surrealismo). Es decir, una ética realmente participativa en la vida cotidiana y en la confrontación con la institución literaria. Bolaño lo dice muy claramente en el segundo manifiesto: “No nos interesa relevarlos en el ejercicio del poder. Pueden estar tranquilos. Nos interesa destruir el poder. Crear una alternativa”.
[JGM]: Es innegable la gran influencia que tuvo Los detectives salvajes (1998) en la difusión y conocimiento posterior del infrarrealismo. Roberto Bolaño en la novela lo nombra como el “realvisceralismo” o “realismo visceral”, y retrata de manera indirecta (o ficcional) a muchos de los que participasteis en él. ¿Cómo sentís representado el movimiento y a los miembros del grupo en las páginas de la ya mítica novela del chileno?
[SSM]: La ficcionalización de los miembros infras en Los detectives salvajes ha sido un aliciente para muchas personas a la hora de profundizar en el grupo, pero también es un mundo de ficción precisamente, que muchas veces ha servido como aparato de mitificación. No olvidemos que los personajes de la novela son eso, y las personas que representan, cada uno desde su trinchera particular, han vivido una realidad más allá del papel. La “romantización” de una manera muy particular de caminar en el mundo, tomar un compromiso muy real con su propia obra, es muy diferente en 700 páginas, magistralmente escritas, que comparar con 50 años de compromiso con la poesía, el arte y la escritura, sin venderse, de cada uno de sus miembros. Esto, por ejemplo, es enorme. Muchos aluden a que todo ese libro es un guiño, un chiste local, una broma muy seria escondida dentro de un proceso dialógico y complejo que es la escritura, así lo veo yo también. Muchos llegan al infrarrealismo a través de esa obra, yo fui a esa obra fascinada por la poesía de Mario Santiago.
[RM]: Sin duda, la novela de Bolaño dio bastante visibilidad al infrarrealismo. Muchos lectores y críticos se dieron pronto cuenta de que Bolaño no se había inventado al grupo literario de la novela, sino que aludía el infrarrealismo y la participación del autor en el movimiento. Pero también creó una perspectiva sobre el infrarrealismo que, desafortunadamente, ha influido en la percepción de los críticos y en sus agendas de investigación. La novela es bastante seductora, divertida y revela una trama compleja del modo en que un grupo de jóvenes poetas iconoclastas en la Ciudad de México, primeramente, se enfrenta a la institución literaria durante dos décadas. Nos ha tocado a nosotros proporcionar otra perspectiva a la vez cómplice y critica de la novela. He hecho varias lecturas de la novela y la he enseñado en mis seminarios en la universidad. Últimamente me he enfocado en el modo paródico y burlón con que Bolaño retrata en la novela a los principales miembros de las mafias literarias en México. Allí están todos. Es divertidísimo. Sabemos claramente quienes son esos personajes en la novela, porque además participamos en las intervenciones. La institución literaria en México no nos ha perdonado la manera en que nos burlamos de ellos e interrumpimos su dominio cultural.
[JGM]: Paralelamente al infrarrealismo, se formaron grupos poéticos y artísticos con los que se podría decir que tenía vasos comunicantes en otros lugares de Hispanoaméricas. Se me ocurren los postnadaístas colombianos, los neobarrocos o neobarrosos argentinos, el CADA chileno, Kloaka, de Perú, y especialmente el también peruano Hora Zero, que aparece nombrado en el manifiesto infrarrealista de Bolaño… Contadnos, por favor, de las relaciones y vínculos que percibís con ellos.
[SSM]: La historia del movimiento infrarrealista comienza de alguna manera de la mano de Hora Zero. Los otros grupos mencionados aportaron quizás lecturas y referencias importantes, pero sin esos tres primeros libros, Un par de vueltas por la realidad (1971) de Juan Ramírez Ruiz, En los extramuros del mundo (1971) de Enrique Verástegui y Kenacort y Valium 10 (1970) de Jorge Pimentel, traídos a México por la gran poeta argentina Diana Bellessi, la historia no hubiera sido la misma. Aunque estilísticamente Hora Zero introduce el concepto del “poema integral” que describieron como “una integración del poema de una individualidad en su contexto, o integración del poema dentro de su concreción sociohistórica y de su correspondiente dialéctica”, es decir, “la poesía es todo”, en este sentido hicieron uso de las técnicas narrativas y conversacionales, etc. El infrarrealismo es libérrimo, en ningún momento establecen de manera intencional una estética única, eso hace que la multiplicidad de voces, cada una con su propio estilo, dialoguen de manera polifónica. Es más una “actitud poética” compartida o, en palabras de la poeta infra, Pita Ochoa: “Una manera de caminar”. Este sería el eje del infrarrealismo, un nomadismo, un desplazamiento o “poética de la deriva” (Medina), que atraviesa y une sus diferencias.
[RM]: Durante los meses de la formación del infrarrealismo, entre julio y diciembre de 1975, discutíamos en las caminatas diarias por la ciudad sobre varios grupos poéticos e intercambiábamos lecturas. Pero no solo se trataba de grupos en Hispanoamérica. Discutíamos sobre las vanguardias históricas de Europa y Latinoamérica, las neovanguardias del continente como los Beat, Black Mountain, la escuela de Nueva York, los nadaístas de Colombia, tzántzicos de Ecuador, y por supuesto Hora Zero, que tenía apenas unos años de surgir en Lima. El grupo CADA no se formó, creo, hasta 1979. Individualmente, cada infra tenía sus propios intereses como la nueva poesía inglesa, la generación de los párpados eléctricos en Francia, la poesía concreta de Brasil. Y diversos autores que constantemente leía como Enrique Lihn, Rodolfo Hinostroza, Rimbaud, Girondo, Pound, Vallejo, Ginsberg, Pessoa, Lautréamont, Cardenal, Parra; mucho cine y pintura.
Pero sin duda fue la poesía de Hora Zero y los libros que menciona Sofía los que marcaron al grupo y permitieron explorar su propia idea del poema integral. Nos llamó mucho la atención su rebeldía, manifiestos, y cómo capturaban en su poesía a una ciudad más inclusiva, compleja y con una nueva perspectiva y lenguajes. Jorge Hernández Piel Divina y otros a menudo leían en cualquier lugar público (bares, parques, calles, plazas) poemas de Juan Ramírez Ruiz, o Verástegui, o Pimentel.
[JGM]: Por último, quizá nos podríais hablar de cómo se relaciona la poesía infra con la muerte, si es que podéis atisbar alguna relación significativa, teniendo en cuenta su origen mexicano, una cultura donde la presencia de lo funerario es tan fuerte.
[SSM]: Creo que sería más atinado decir que hay una relación dialéctica vida-muerte con la poesía infrarrealista, creo que la percepción de relacionar lo mexicano con la muerte es más política e histórica que en este caso poética. Como tema Universal, está presente en toda la literatura. En todo caso, destacaría más la presencia del deseo, hay un “eros” en las distintas voces infras que es bastante evidente; el cuerpo como centro, una “corpo-poética del desplazamiento”. Así lo percibo yo teóricamente en mi tesis sobre el infrarrealismo. Hay más vida que muerte en la poesía infra. Para ello cito un profético verso de Mario Santiago Papasquiaro: “Poesía aún estamos con vida”.
[RM]: Comparto plenamente la perspectiva de Sofia al subrayar la relación dialéctica e histórica de vida-muerte en la escritura infra. Nosotros tratamos de distanciarnos de esa tendencia de ver metáforas de la muerte o condiciones mexicanas del culto de la muerte en el arte mexicano, que dominó mucho del siglo XX. Perspectivas que por lo común daban pauta a interpretaciones ahistóricas. Qué lejos de esa visión cultista son las muertes violentas o asesinatos de cientos de mujeres en la novela de Bolaño 2666. Toda la escritura infrarrealista sobre los hoyos negros o infrarrealidad, esos lugares que escapan a la percepción dominante tienen un fondo histórico.
[JGM]: Muchas gracias a los dos por la compilación y por vuestras palabras ahora.

Breve selección de poemas
Callejón sin salida [fragmento]
Mario Santiago Papasquiaro (Ciudad de México, 1953-1998)
Callejón sin salida / ayúdanos
a ensanchar nuestros sentidos
Tú tan ninguneado
cueva / desierto / metrópoli filosa
árida ranchería / témpano cortante
puente dilatado por 1 gas
que de repente pulveriza
los inencontrables tréboles de 4 hojas
que oxigenan alimentan prestan sus alas
a tus pulmones heridos / a las pezuñas de canguro
con que avanzan tus orillas
Callejón sin salida
tablita pirata
salto de tigre
transpiración entre la niebla
LSD escurridizo
rostro en el que vemos beber
chupar su fuerza
a las especies más nómadas
de nuestros árboles de fuego
(…)
Callejón sin salida
callejón de muervida
socio : cómplice : infrarrealista hermanito nuestro.
A la muerte de Norman
Claudia Kerik (Buenos Aires, 1957)
No he perdido ni mis brazos ni mis piernas ni mis manos ni mis ojos
ni mi imagen he perdido
ni mi memoria empedernida
sino a ti que ahí estabas a lo lejos
alumbrando los secretos.
No sé qué haré para saber
lo que tú sin intención sabías siempre.
Ahora por ejemplo
ciertamente lo hubieras sabido y me lo hubieras dicho.
No sé qué haré con la ignorancia, con el amor y la pregunta.
No sé qué haré para no buscarte siempre por el mundo
como una clave que debiera existir.

Escrito 8
Bruno Montané Krebs (Valparaíso, 1957)
Mis amigos muertos juegan al ajedrez
con la muerte[1] o asisten a una clase
de matemáticas[2]. Desde este lado del espejo
el ciclo parece cerrado o e incólume.
El gesto perfecto, una vez llegados a la nada.
Los amigos tan espeluznantemente bellos[3],
transidos en el calmo latido
de un oscuro hotel, conversan frente al tablero
o antes sus ejercicios de matemáticas,
miran serenos o risueños en una interpretación
desconocida de lo apacible,
una versión en realidad indescifrable.
Mis amigos muertos ya saben
cómo brilla la única cara
del dado de la noche.
__________________________________
[1] Jorge Teiller.
[2] Roberto Bolaño en una entrevista.
[3] Fragmento de un verso de Robert Lowell en versión de Mario Santiago Papasquiaro.
Residencia en la arena
Rubén Medina (Ciudad de México, 1955)
Pertenezco a todas las ciudades
porque ya ninguna
es la de mi infancia
y adolescencia
Sigo tácticamente
a la muchedumbre:
no se puede vivir
de otra manera
las 24 horas
del día.
Hago sus gestos
y sonrío a los espejos
mientras espero
la llegada del metro
en Lavapiés
Saben que soy un extranjero,
un tránsfuga de una
excolonia
con una riqueza
desafortunada,
un lugar
con refugiados
durante todo
un siglo
La memoria,
el pulso
y la obstinada búsqueda
de una ciudad
de otros
es el único país
que me queda.
Según el nuevo lenguaje
soy una bomba de tiempo,
una posible detonación ambulante
que yo me encargo
de desactivar
todos los días
a ver si ustedes
en verdad creen
en la convivencia
entre culturas.




