James Joyce o la poética de «lalengua» y otros desafíos en la navegación de «Ulises»     

 

Por Jorge Nájar

Crédito de la foto (izq.) Ed. Horizonte /

(der.) www.historia.nationalgeographic.com.es

 

 

James Joyce o la poética de lalengua

y otros desafíos en la navegación de Ulises

 

 

Años atrás, previendo la conmemoración del centenario de la publicación de Ulises, un amigo me invitó a escribir un artículo para celebrar el acontecimiento. Pensándolo bien me dije que aceptar significaba entrar en el desafío de volver a cruzar las calles de Dublín y hundirme en ese entramado persiguiendo los atrevimientos, los desbordes y los chistes de unos y otros. Desistí. Lo sentía mucho, le dije al amigo, pero si quería invitarme algo le aceptaba una cerveza en cualquier lugar del mundo. Solo una. No me sentía con la fuerza suficiente para enfrentarme con esa colosal novela. Pero si antes hubiera leído el aporte de Paolo de Lima: James Joyce y la poética de lalengua en Ulises seguro que otra hubiera sido la historia, es “una lectura iluminadora” en palabras de Giovana Pollarolo[1].  Ella misma añadió en la presentación del libro:

A medida que avanzaba con la lectura del estudio…, me di cuenta de que estaba dirigido no solo a joyceanos sino, y especialmente, a no joyceanos. Porque en realidad es una invitación, una amable invitación, a entrar al universo que habitan Bloom, Molly, Dedalus; una invitación a caminar por las calles de Dublín. A no tener miedo de extraviarse, de no comprender los enigmas, de no reconocer las intertextualidades.

 

Sea esa la gran aventura.

 

 

No por eso hay que dejar de lado los problemas de edición de la más notable de las novelas de James Joyce. Se sabía que la novela había sido rechazada por muchos; entre ellos, por la escritora Virginia Woolf quien llegó a pintarla como una “tontería”. Un mamotreto ―dijeron otros―, una burla infernal. Incluso, tras la publicación de algunos pasajes en la revista Little Review en 1920, hubo un juicio por las obscenidades del flujo verbal que concluyó con una multa a los editores y la orden de suspender su publicación. No obstante, Sylvia Beach, propietaria de la librería parisina Shakespeare & Company, apostó por la obra y tomó la decisión de publicarla. No se equivocó. Su voluntad y espíritu visionario lanzó la propuesta de Joyce a nivel mundial. Ha pasado más de un siglo de su publicación y hasta nuestros días no son pocos los críticos que siguen indagando en los engranajes y los mecanismos del inconsciente de esos personajes. 

Detengámonos en algunos detalles previos antes de abordar lalengua. La novela arranca con una parodia y una burla en torno a la misa de los católicos.

Majestuoso, el orondo Buck Mulligan llegó por el hueco de la escalera, portando un cuenco lleno de espuma sobre el que un espejo y una navaja de afeitar se cruzaban. Un batín amarillo, desatado, se ondulaba delicadamente a su espalda en el aire apacible de la mañana. Elevó el cuenco y entonó:

-Introibo ad altare Dei.

Se detuvo, escudriñó la escalera oscura, sinuosa y llamó rudamente:

-¡Sube, Kinch! ¡Sube, desgraciado jesuita!

Solemnemente dio unos pasos al frente y se subió a la plataforma redonda. Dio media vuelta y bendijo gravemente tres veces la torre, la tierra circundante y las montañas que amanecían.

 

Una buena entrada en materia por el recorrido tragicómico de la aventura. En el cuarto capítulo, Calypso, la pareja de Molly es presentado así:

 El señor Leopold Bloom comía con deleite los órganos interiores de bestias y aves. Le gustaba la sopa espesa de menudencias, las mollejas, de sabor a nuez, el corazón relleno asado, las tajadas de hígado rebozadas con migas de corteza, las huevas de bacalao fritas. Sobre todo, le gustaban los riñones de cordero a la parrilla, que daban a su paladar un sutil sabor de orina levemente olorosa.

 

El escritor James Joyce

 

Todo un banquete fuera de las normas, totalmente ajeno a los protocolos. La novela de Joyce está básicamente focalizada en ese antihéroe y en su Odisea contemporánea, en la que se embarca para cruzar Dublín en el curso de un solo día.

Se dijo que lo que hizo Joyce era un estudio sobre el tiempo y la realidad que enmarcaba el entramado de la obra. Pero nada de eso es realmente importante para gozar de esta aventura si no se tiene en cuenta que esta obra está atiborrada de citas, bromas, burlas, juegos de palabras y referencias mitológicas a lo largo del itinerario. Incluso de una escena en la Leopold Bloom se masturba en la playa delante de una joven.

En la comprensión de todo ese entramado es donde entra en acción el ensayo de Paolo de Lima. Nos explica en la primera parte las diversas formas en que Joyce rompe con la estructura tradicional del relato. En la segunda parte nos plantea el caso de Jacques Lacan frente a las tensiones entre el lenguaje y la subjetividad, y de otros que se detuvieron en la importancia de lo sonoro y lo significativo, la combinación entre lo familiar y lo experimental, el equilibrio entre fragmentación y estructura subyacente, etc. “Siguiendo a estos autores y desde una innovadora y didáctica perspectiva, Paolo de Lima nos propone una lectura provechosa, un método digamos, de esta novela icónica.[2]

La dificultad de comprender los acertijos y enigmas, los juegos del lenguaje, la complejidad de los monólogos, responden, como sostiene Paolo de Lima, a “una necesidad más honda de mostrar cómo el lenguaje configura nuestra percepción de la realidad”. El aporte de La poética de la Lalengua va en el sentido de destacar su carácter fluctuante y no normativo; el procedimiento adquiere en esta obra diferentes formas, analizadas a lo largo del ensayo. Cabe también señalar que estos retos ―lingüísticos, psicológicos, estructurales, políticos, mitológicos y otros―, embriagaron a sus lectores iniciales. Tuve la oportunidad de leer algunas de esas reflexiones y la verdad que me extraviaron en la mitología y el simbolismo, en los debates sobre territorialidad y lengua nacional. Irlanda e Inglaterra. Nacionalismos lingüísticos versus nacionalismos religiosos.

El ensayo de Paolo de Lima consagrado a esta encrucijada, analiza las singularidades al tiempo que deja en claro la creación de un universo narrativo donde los significantes no solo cuentan una historia sino que también articulan múltiples sonoridades, ruidos y armonías. Marca las singularidades de los monólogos interiores de los diferentes personajes y, sobre todo, las desesperaciones de Molly en el capítulo final, quien, antes de quedarse dormida, en el entresueño, decanta la poesía, los tormentos de su propia infidelidad, la exuberancia de la juventud perdida en Peñón de Gibraltar:

«[…] me gustaría que algún hombre cualquiera me cogiese alguna vez cuando él está aquí y me besase entre sus brazos no hay cosa como un beso largo y caliente que te baja por el alma casi te paraliza […]»

 

 

Ya se sabe, el cambio rara vez pide permiso. Más bien, prueba las lealtades y nos obliga a elegir. “Al final ―señala Paolo de Lima―, Ulises no es simplemente una obra literaria; es un testimonio de cómo la lengua puede capturar, y expandir, las complejidades de nuestra existencia. Por eso es una obra eterna.” Eso queda bastante claro tras la lectura de este ensayo, entender la lengua como un proceso, no como un sistema regulado: la lengua antes de que se establezca como un sistema de significación. Avanzar e ir más allá del relato. Empalmar con teorías psicoanalíticas. Aproximarse al lenguaje a través de sonidos cargados del goce que impregnan el cuerpo del niño antes de que este sea sujeto de la palabra.

Menuda tarea la del poeta Paolo de Lima al enfrentarse ante esta creación colosal salida de la mente de otro ser semejante. Y es que no solo desentraña las complejidades de la obra, sino que también celebra su capacidad para resonar con la memoria y el deseo humano a través de un lenguaje que trasciende tiempos y fronteras.

 

 

 

_______________________________

[1] https://circulodelectores.pe/para-entender-mejor-el-ulises-james-joyce/

[2] García, Luis Eduardo. https://circulodelectores.pe/el-metodo-de-lima-para-leer-el-ulises

 

 

Vallejo & Co. | Revista Cultural - POESÍA - FOTOGRAFÍA - NARRATIVA - CINE - MÚSICA - TEATRO - ARTES - PLÁSTICAS - CREACIÓN - CAJÓN DE SASTRE