Por Miguel Ángel Lescano*
Crédito de la foto Ed. Taller Cono Norte
Viajes percibidos, líneas círculares y el color azul
en el poema “Nada sujeta a la lluvia”
«Al principio no hay nada,
luego hay un profundo vacío
y después de eso una profundidad azul».
Yves Klein
I.
Nada sujeta a la lluvia
Hay dos cosas que no se sujetan
la lluvia sobre el piso
y una bandera en las manos.
Tras unos fierros apilados que nadie sujeta
líneas curvas configuran un imaginario
un tiempo azul.
Unas líneas curvas configuran un círculo
ese círculo podría ser perfecto
pero el azul, no
no hay azul perfecto.
El piso sujeta la lluvia
dirías tú
eso no es exacto.
Un cartel es sujetado por una pared
dirías también
eso tampoco es exacto.
Ese cartel es azul
¿Qué es azul?
Nada sujeta la lluvia
como nadie
que sujete tres pedazos de tela
puede afirmar
que esté sujetando una bandera.
(de Antihorario, de Elie Angles, 2020)
II.
Percibir es mirar espacios simbólicos y en el devenir abstraer lo imaginado. Esta forma de sentir también es huir de una realidad por falta de algo ¿Compartir historias personales? ¿Comprensión de pareja? Elie Angles escribe en el primer verso: “Hay dos cosas que no se sujetan”. Hay un quiebre que desvincula al poeta y su entorno. Dos personas distantes que miran un detritus en el horizonte. La relación de percibir soporta la imagen hecha forma. Una vida por delante. Deseo de sentir y mirar otra cosa. Mente + sentido = imagen. La percepción en el verso refleja la vida de un ser que algo le impide ser feliz. Auto/autopista, familia/amigos, leer/ver televisión, inclusive viajar y un devenir de búsquedas familiares. Wendy Steiner escribe que “Las imágenes son más directas porque derivan de los sentidos; pero las ideas son más directas todavía porque, a diferencia de los objetos sensibles, contienen lo que ya está en la mente” (40). En la mente del poeta hay soledad y falta de ternura. Detalle real que lo enloquece. Por ello sublima lo acontecido. La lluvia distancia el escape y esta en el piso buscando un héroe a quien contarle su malestar y que lo libere del percance. Símbolo que defender su malestar o el sueño que conquiste otro mundo. Reafirma con otro verso: “la lluvia sobre el piso”. ¿La lluvia o la mirada? Podría ser el estrés de una vida compartida a medias. Flamea una bandera sin una sensación de verdad. No existe un país perfecto. No hay amor que se quede en la habitación del corazón y comparta el universo por siempre. Casa familiar.
III.
Hay dos versos de Jorge Eduardo Eielson que nos recuerda que la lluvia y el color azul emanan sutiles recuerdos y escapes hacia una biblioteca sin finales. Esta dualidad acontecida por percepciones de rutina nos presenta sensaciones particulares. Un sentido. ¿Cómo qué? ¿Qué sensación? Una lucha por la vida. La patria desciende poco a poco como una torre italiana. El poeta sube a su nave y viaja en busca de nuevos horizontes. El primer poema de Eielson dice: “Y cuando llovía/ Llovía solamente” (371).
De lo simple parte una rutina nueva. Una manera de ver, lo que no puede ver. En todo caso, ver y sentir varias posibilidades de rutina, como: levantarse temprano y viajar día a día por la autopista hacia el trabajo rutinario. En el poema Nada sujeta a la lluvia de Angles la caída del agua colorea azules miradas. Sujeta un pedestal imaginario. ¿Qué sujeta? ¿Qué desea tener como emblema? El color azul desea explorar el imaginario con su croma melancólico. El amor se escurre entre dedos como sutil lluvia. Van Gogh pintaba gruesos trazos de pintura sobre la tela para olvidar su pena. Azul cubierto de neblina. Juan Carlos Sanz precisa que “La sensación azul se identifica con “el otro lado de la realidad”. Otro atributo de la percepción azul es la inmovilidad” (179). El poeta se desplaza sobre la carretera y se paraliza en el ir y venir. Enciende la radio y escucha a Debussy. Claro de Luna. Su pensar está situado sobre imaginarios reales de rutina familiar. Por ejemplo, conduce su auto por la avenida Javier Prado en hora punta. Locura sin finales. Tránsito insoportable. Lluvia como objeto lineal. El color azul oscila en el poema complementando una rutina gris, decadente y azarosa. Cerrar los ojos y olvidar el pasado/presente.
El poeta performea en sus versos como una Rockola fuera de control. Se trata de ¿un fantasma erial que busca libertad? Detiene su auto. Momento en que un policía de tránsito (presto a poner una papeleta o pedir una coima de rutina por manejar pensativo) enloquece los parajes de su visión. Elie Angles se detiene y mira los cielos de la ciudad. Lima eterna. Al final, en el horizonte el sol sale y tiñe con el amarillo + azul = verde los crecidos abismos. Cerros y cerros que lo detiene todo. Mirar no cuesta nada. Historia sobre historias. Sabemos que la bandera es un emblema patrio. ¿Emblema del fracaso? ¿Color símbolo? El poema siguiente de Eielson dice: “Solo entonces la criatura Azul Ultramar / Recobraba su brillantez y su tamaño” (342). La lluvia se convierte en la patria negada e inmunda el alma del escritor. Nada se inicia, nada se acaba. La azul vida apacigua el escape. El poeta sube a su auto y conduce miles de horas. Hasta el cansancio. ¿Locura o realidad una vez más? Al llegar a las oficinas donde trabaja toma una taza de café. Volver a la realidad lo hará despertar de su pesadilla. En una gaveta de su escritorio guarda una bandera que nunca flameó.
IV.
Angles en su verso “Unas líneas curvas configuran un círculo” desfigura la línea en una forma de reflexión. Círculo. Horizonte a donde llegar. El eterno retorno borgeano. La línea es un silencio en busca de sosiego. Kandinsky escribe que: “La línea geométrica está conceptuada como ente invisible”(47). ¿Es la lluvia falsa en la mirada del poeta? Prueba alzar los ojos nuevamente al sol. Salir libre de su encierro mental. ¿Entra o decide quedarse?
Otro verso de Angles dice: “ese círculo podría ser perfecto”. De hecho, que busca la perfección o el final feliz. El círculo es una imagen que refleja perfección. Sosiego. Angles al fin y al cabo busca encontrarse y calmar su ansiedad que lo maltrata cada mañana. Luc Joly define que:
Los objetos y los dibujos realizados con formas redondos tienen un carácter orgánico cuyo indudable poder de seguridad comprendemos. Se refieren a cosas intemporales y originales o que se suponen tales como el cosmos, el paraíso, la serenidad sin obstáculo de los seres y de las cosas (77).
Entonces la calma es importante en nuestras vidas. ¿Es una caminata en círculos de locura? ¿Una búsqueda del poeta consigo mismo? Imposible responder las preguntas sin estar en una autopista llena de miles de autos que buscan libertad. Salir del enredo atroz de viajar sin tiempo. Sin saber dónde llegar. Sólo ver el color azul como una pintura abstracta. Eterno panorama de una calma en peligro. Tendremos que buscar un mástil para elevar la bandera hacia lo más alto. Un camino limpio donde jugar al verdadero amor.
Referentes
Angles, Elie. Antihorario. Lima: Cono Norte Ediciones. 2020.
Eielson, Jorge Eduardo. Poesía Escrita. México: Editorial Norma. 1989.
Joly, Luc. El signo y la forma. Lima: Fondo editorial Universidad de Lima. 1988.
Kandinsky, Vassily. Punto y línea sobre el plano. México: Premia editora. 1988.
Sanz, Juan Carlos. El libro del color. Madrid: Alianza Editorial. 1993.
Steiner, Wendy. La analogía entre la pintura y la literatura. En “Literatura y pintura”. Antonio Monegal compilador. Madrid: Arco/libros. 2000.