Por André Luiz Pinto*
Traducción por Josep Domenèch Ponsatí
Curador de la muestra Fabrício Marques
Crédito de la foto el autor
Todo parece escondido.
13 poemas de André Luiz Pinto
RECUERDO EL OLOR a muerto por el campo.
El campo trae consigo los plantíos, los plantíos traen consigo
los ríos, los ríos iban por mi camino.
En mi camino había los bueyes. Los bueyes sólo mugen.
Dejo en los sabañones del tiempo su mugido olvidado.
El mundo giraba solo en la cuerda de un eje
invisible.
Justificación
Plagio
porque no se ha inventado
nada mejor.
1.Bueno, que el deseo
no se libre
de la furia de este espejo:
2. Surge de ninguna parte
como Dios
decanta la memoria
concuerda
con la última sentencia
3. ¿cuándo podemos
morir?
4. No parece lógico
aunque la materia
vuelva
arbitrio y santo
un lupanar
5. Inmediatamente nuevas
(las rosas)
cultivo a oscuras.
QUIZÁS ESA IMAGEN
grave del vacío
sus láminas de costura
detallan sombras
se definen lunas
firme al destino
que sigue; cada paso
estribillo de
ostra, precipicios
fueron abiertos
quedándome locuaz y sudor
joya o escarlata
a cada segundo.
Quizás pueda decir
sin propiedad
mantengo por supuesto
en primera persona
frutas que yacen
libélulas de Troya
otros impares
de la palabra ‘verbo’:
este calendario
de metáforas
decidiéndose los
labios, las texturas,
los huracanes a
imprimirlos. Sólo
eso me contempla
y distrae: esa
palabra algo
boca de mujer
que los vuelve
leves (espesos
con sus miedos),
mínimo que consiste
sin estrategias.
para Fabrício Marques
MIRAD A LOS ATROPELLADOS de la esquina.
Ellos no recogen ni siegan
¿y todavía te crees mejor que ellos?
Viajemos hasta el fondo. El cuerpo acarrea el alma
que sordamente desfallece y lo abandona.
Los atropellados de la esquina irán a los hospitales.
Allí sestean ángeles vestidos de blanco
y un sudor amargo recubre toda la gravedad.
Los atropellados son atendidos, aunque son muchos.
Sousa Aguiar, Salgado Filho, Miguel Couto.
Bendito seas ángel vestido de blanco.
Bendito el fruto que lo reparte entre vosotros,
que me corta en lonchas. Algunas sobreviven
otras estarán en frascos con formol y estudios.
Bendito seas donde todo está permitido.
Sólo el cuerpo no permite su salvación
y la vida se da por un tris, por una gota.
De la vena, exijo todo transporte.
Tu hígado es corrosivo, tu riñón es ácido.
Hay tendencias de sequedad y alejamiento.
Los atropellados de la esquina sonríen
duermen frente a un sueño tranquilo, sin atropellados.
Allí estarán mejor.
Los atropellados son hombres, lirios.
Brotan entre el asfalto
donde toda velocidad
le separa los pétalos.
ES DE NOCHE. Todo parece escondido.
Silencio entre los coches que rondan
la madrugada. Todo ocurre en la
cabeza: mañana, los trenes lentos
y abarrotados, la mirada de la mujer que amo
la soledad de los libros. Todo así,
bajo la mira del fusil. De repente,
el reloj toca: es necesario despertarse
antes, sin embargo, es necesario dormir.
Continúo el poema para ver dónde termina.
Todo está desnudo, asomado a la ventana
como un ladrido. El frío anuncia
el hastío del próximo verano. No durante
esta noche, en un abrazo acogedor.
No ahora. Todo cruje en este momento:
los cabellos crecen, oigo entre los latidos
la voz del corazón. La escucho
sin rival. ¿Habrá otro momento
para escucharla que no sea el de dormir?
OÍR A LAS MONTAÑAS QUE, de tan negras,
nada nos dicen. Sentirlas de cerca como entrenamos
con la concha el oído repitiendo su nombre.
Andar por el pie de la montaña, posar la mano
en la espalda, fíjate: la montaña respira
oigo el silencio de su corazón royendo
las vísceras. Piensa, es necesario, nuestro miedo
es que no falte nada. Oír
de las montañas lo que tienen que decir
es nuestro mejor contratiempo.
LOS POEMAS NO PIDEN nacer.
Desplazan el puntero de lo que funciona.
Cinco dedos son insuficientes
y huelga decirlo una cabeza que piense
para que un poema funcione
uno debe apartarse de todas las reglas
poner el corazón marcha atrás
debe tener la fe de que nada saldrá bien
para escribir
si se diera el caso.
Nosotros, los dinosaurios
La poesía
No debe
Prosperar
Ya se cantan loas
A un nuevo dios
Excesivamente seductor
Vendiendo su alma
Y pagando su cuota
Quizás en cien
Doscientos años
La poesía desaparezca
Se trata
De un nido
De un nicho
Reducidísimo
Todo se resuelve
Con el dinero
Los gladiadores obedecen
A los césares
La poesía se extinguirá
Los poetas la enterrarán
Será eliminada como hace la policía
Con los favelados huidos
Y cuando suceda (la muerte de la poesía)
Nadie lo lamentará
Lo mejor todavía debe ser destruido
Lo peor ya ha sido confirmado
Conformatum est.
Perovalía
para Mário Alex Rosa
¿qué le cuesta
al lector leer
por lo menos una vez
este poema?
MUCHO GUSTO, ese soy yo
hijo de chica de servicio
en una época en que
los patrones se empeñaban
en llamar hijas
a las sirvientas. Yo
criado en una mansión
de Barra, obligado a querer
a los patrones como abuelos
sin derecho a herencia.
Una cosa aprendí:
a leer libros y a sulfurarme
con facilidad ─allí, donde
el semáforo está en rojo
y siempre acabo aparcando
mal─ donde nadie
comparte nada, cuando
incluso quien te llamó sobrino
dice un día: la casa es nuestra
tienes que irte. Vale, dije.
Dame un par de semanas.
EN EL MANIQUÍ DETRÁS del escaparate
o en algún anuncio
de propaganda
de peluquería
está también
en la madre que busca que la atiendan
incluso en la tele
cuando se siguen
los plenos del congreso:
son días sin dormir
y cómo se echan de menos las pesadillas
Migaja
Hice lo que me pediste
corté al poeta
en versos
y los esparcí
en un edificio abandonado
en un depósito de agua vacío
para que nadie se diera cuenta
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(poemas en su idioma original, portugués)
Tudo parece escondido.
13 poemas do André Luiz Pinto
LEMBRO DO CHEIRO de morte pelo campo.
O campo carregava as várzeas, as várzeas carregavam
os rios, os rios iam pelo meu caminho.
No meu caminho, estavam os bois. Os bois só mugem.
Deixo na frieira do tempo seu muge esquecido.
O mundo girava sozinho na corda de um eixo
invisível.
Justificativa
Eu plagio
porque não inventaram
coisa melhor.
1.BEM, QUE O DESEJO
não escape
à fúria desse espelho:
2. advém de parte alguma
como Deus
decanta a memória
condiz
à última sentença:
3. quando podemos
morrer?
4. Não parece lógico
se bem que a matéria
torne
arbítrio e santo
um lupanar
5. Imediatamente novas
(as rosas)
cultivo no escuro.
TALVEZ ESSA IMAGEM
grave do vazio
suas lâminas de costura
detalham sombras
definem-se luas
firme ao destino
que segue; cada passo
estribilho de
ostra, precipícios
foram abertos
restando-me
loquaz e suor
joia ou escarlate
a cada segundo.
Talvez possa dizer
sem propriedade
mantenho decerto
em primeira pessoa
frutas que jazem
libélulas de Troia
outros ímpares
da palavra ‘verbo’:
este calendário
de metáforas
decidindo os
lábios, as texturas,
os furacões a
imprimi-los. Apenas
isso me contempla
e distrai: essa
palavra meio
boca de mulher
que os torna
leves (espessos
com seus medos),
mínimo que consiste
sem estratégias.
para Fabrício Marques
OLHAI OS ATROPELADOS da esquina.
Eles não colhem nem ceifam
e ainda te achais melhor do que eles?
Viajemos profundo. O corpo carrega a alma
que surdamente desfalece e o abandona.
Os atropelados da esquina irão para os hospitais.
Lá dormitam anjos de branco
e um suor amargo permeia toda a gravidade.
Os atropelados são atendidos, porém há tantos.
Sousa Aguiar, Salgado Filho, Miguel Couto.
Bendito sejas anjo de branco.
Bendito o vosso fruto que o reparte,
que me corta em fatias. Algumas sobrevivem
outras estarão em vidros de formal e estudo.
Bendito sejas onde tudo é permitido.
Só o corpo não permite sua salvação
e a vida se dá por um fio, por uma gota.
Da veia, exijo todo transporte.
Teu fígado é corrosivo, teu rim é ácido.
Há tendências de secura e afastamento.
Os atropelados da esquina sorriem
dormem diante um sono tranquilo, sem atropelados.
Lá estarão melhor.
Os atropelados são homens, lírios.
Brotam no meio do asfalto
onde toda velocidade
retira-lhe as pétalas.
É NOITE. Tudo parece escondido.
Silêncio entre os carros que rodam
a madrugada. Tudo se passa na
cabeça: manhã, os trens lentos
e lotados, o olhar da mulher que amo
a solidão dos livros. Tudo assim,
sob a mira do fuzil. De repente,
o relógio toca: é preciso acordar
antes, porém, precisa-se dormir.
Sigo o poema para vê-lo onde termina.
Tudo está nu, debruçado na janela
feito um latido. O frio anuncia
o fastio do próximo verão. Não por
esta noite, num abraço acolhedor.
Não agora. Tudo range nessa hora:
os pelos crescem, ela vira para o lado
e dorme, ouço entre os batimentos
a voz do coração. Ouço calado
sem par. Haverá outro momento
para escuta-la senão o de dormir?
OUVIR AS MONTANHAS QUE, de tão negras
nada nos dizem. Senti-las de perto como se treina
com a concha o ouvido a repetir seu nome.
Andar pelo sopé do morro, pousar a mão
no dorso, veja: a montanha respira
ouço o silêncio de seu coração a roer
as vísceras. Pense, é preciso, nosso medo
é de não sobrar nada. Ouvir
das montanhas o que há para dizer
é nosso melhor incômodo.
POEMAS NÃO PEDEM para nascer.
Deslocam o ponteiro daquilo que funciona.
Cinco dedos são insuficientes
muito menos uma cabeça pra pensar
a fim de que um poema venha a funcionar
ausenta-se de todas as regras
põe o coração na ré
é preciso ter a fé de que nada vai dar certo
para escrevermos
se fosse.
Nós, os dinossauros
A poesia
Não há
De vingar
Já se canta loas
A um novo deus
Por demais atraente
A vender sua alma
E a dar seu quinhão
Talvez em cem
Duzentos anos
A poesia desapareça
Trata-se
De um ninho
De um nicho
Reduzidíssimo
Tudo se resolve
Na moeda
Gladiadores fazem a vontade
Do césares
A poesia será extinta
Poetas a sepultarão
Será eliminada como eliminado pela polícia
Favelado fujão
E quando rolar (a morte da poesia)
Ninguém vai lamentar
O melhor está para ser consumido
O pior já foi confirmado
Conformatum est.
Mas valia
para Mário Alex Rosa
custa
ao leitor ler
ao menos uma vez
esse poema?
PRAZER, ESSE SOU EU
filho de doméstica
numa época em que
patrões cismavam
em chamar de filhas
as mucamas. Eu
criado numa mansão
da Barra, obrigado a amar
patrões como avós
sem direito de herança.
Uma coisa aprendi:
a ler livros e a me irritar
com facilidade – lá, onde
o sinal está vermelho
e sempre acabo errando
a baliza – onde ninguém
divide nada, quando
até quem te chamou de sobrinho
diz um dia: a casa é nossa
deves partir. Tá bom, disse.
Só me dá duas semanas.
NO MANEQUIM DETRÁS da vitrine
ou em algum banner
como propaganda
de cabeleireiro
está também
na mãe buscando atendimento
mesmo na tv
quando se assiste
o congresso:
são dias sem dormir
e que saudade dos pesadelos
Migalha
Fiz como você pediu
cortei o poeta
em versos
e os espalhei
em um prédio abandonado
numa caixa d’água vazia
pra ninguém saber
*(Rio de Janeiro-Brasil, 1975). Poeta y filósofo. Ha publicado: Flor al margen (1999), Primero de abril (2004), Esto (2005), Porque sí (2007), Traje Nuevo (2012), Perovalía (2016), Nosotros, los dinosaurios (2016), Migaja (2019).
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