El poeta Paulo Leminski

La invención del invierno. La poesía de Paulo Leminski

Por: Mario Pera
Crédito de la foto principal: http://1001livrosbrasileirosparalerantesdemorrer.wordpress.com
/2014/03/14/poema-por-paulo-leminski-3/

 
 
Nacido en Curitiba, una de las pocas ciudades con clima frío de Brasil, e hijo de un inmigrante polaco y de una madre afro-brasileña, el poeta Paulo Leminski ingresó a los 12 años al Monasterio de São Bento para realizar sus estudios escolares. Siendo aún joven, con escasos 19 años, viajó a la ciudad de Belo Horizonte para concurrir al Primer Congreso de Poesía de Vanguardia, haciéndose amigo de los integrantes del grupo Noingrandes, los que fueron fundadores del movimiento concretista en la literatura brasileña, y conoció, además,  a los hermanos Haroldo y Augusto de Campos. A la par de su labor de creación poética, desarrolló múltiples actividades, como ser profesor de Historia y de Judo, así como periodista de la red Bandeirantes; ello a la par de desempeñarse como crítico literario y escritor de diversos géneros literarios como poesía, narrativa infantil, juvenil y novela.

En el ámbito literario, realizó además traducciones de importantes poetas al portugués, como James Joyce, Petronio, Lawrence Ferlinghetti, John Fante o Samuel Beckett, gracias a su amplio dominio de idiomas. A su vez, desarrolló una carrera paralela como compositor y músico, llegando a realizar performances con artistas de la talla de Caetano Veloso, Itamar de Assumpção y Gilberto Gil. Todo ello ha llevado a Leminski a ser considerado una de las principales voces no sólo literarias (por su poesía, prosa y novela), sino uno de los referentes culturales de su generación.

Fueron los miembros del movimiento concretista quienes lo impulsaron a publicar sus primeros poemas en la revista Invenção (‘Invención’), que ellos mismos editaban. A lo largo de la década de 1970, publicó varios poemas en diversas revistas, pero no fue hasta 1976 que publicó su primer poemario Quarenta clics em Curitiba (‘Cuarenta clicks en Curitiba’, 1976) en coautoría con el fotógrafo Jack Pires.

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Crédito de la foto: Julio Covello
http://revistaogrito.ne10.uol.com.br/page/blog/2013/03/22/critica-toda-poesia-de-paulo-leminski/
 

La obra poética de Leminski se caracteriza en gran medida por hacer del poema no solo un escrito sino un objeto artístico experimentando y haciendo lo que se conoce como poesía visual. Como ejemplo de ello está su primer poemario Quarenta clics em Curitiba, en donde fusionó sus poemas con fotografías de su ciudad natal. Posteriormente, su obra varió de tono hacia una poesía calificada como marginal, poesía marcada fuertemente por una voz de denuncia de las injusticias y protesta política, lo que dotó a la poesía de Paulo Leminski de un cariz de crítica social que antes no había evidenciado.

 

En sus últimos años de vida, siendo ya toda una celebridad de las letras y la cultura brasileña, pese a su juventud, Leminski se dedicó a la escritura de haikus y de poemas más lacónicos, produciendo una obra muy concreta, aún dotada de la fuerte fijación del poeta por hacer del poema también un artefacto visual. Paulo Leminski murió en el año 1989, con escasos 44 años de edad, producto de una cirrosis hepática.
Los poemas que presentamos aquí, forman parte de una breve antología editada en nuestro país con el fin de acercarnos a la obra de este importante poeta sudamericano.

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Crédito de la foto: http://blogs.estadao.com.br/radar-cultural/files/2013/04/leminski.jpg
 

 
 

Poemas de Paulo Leminski*

 
 

Aquí…

 

aquí
en esta piedra
se sentó alguien
mirando el mar
el mar
no se detuvo
para ser mirado
fue mar
para todo lo que es lado

 

La noche…

 

la noche
gotea una estrella en mi ojo
y pasa

 

Hai

 

     y es así que nace completo
y, al morir, muere germen,
     el deseo, analfabeto
de saber cómo regirme,
     ah, saber cómo arreglármelas
para que yo sea quien fui,
     y es así que nace perfecto
y, al crecer, disminuye.

 

Curitibas

 

     Conozco esta ciudad
como la palma de mi pene
     Sé dónde el palacio
sé dónde la fuente queda

 

     Lo que no sé es de la saudade
la fina flor que fabrica.
     Ser, lo sé. Quién sabe,
esta ciudad mía que tanto significa.

 

Ayer tuve la impresión…

 

     ayer tuve la impresión
de que dios quería hablar conmigo
     no le presté oídos

 

     ¿quién soy yo para hablar con dios?
que él cuide de sus asuntos
     yo cuidaré de los míos

 
 

* todos los poemas han sido traducidos del portugués por Renato Sandoval B.