El lenguaje del humo. 15 poemas de Luis Luna

 

Por: Luis Luna*

Selección de poemas: Mario Pera

Crédito de la foto: www.viktorgomez.blogspot.pe

 

 

El lenguaje del humo.

15 poemas de Luis Luna

 

 

Tiras la piedra

al centro del estanque

y no alcanza tu vista a ver los círculos.

Lo que importa es la imagen

que nace en tu memoria

la respuesta que vibra

en el hueco vacío de tu mano.

 

 

 

V. Canción del viento y de la piedra

El viento

Mi voz no reproduce

la torpe servidumbre de los vivos

el turbio maquillaje que confieren los nombres.

La piedra

Tu voz ocupa el centro que ofrecen mis fisuras

los reproches del agua. Sus heridas.

¿Acaso con tu fría caricia no interpretas

el ballet de la ausencia

la danza de los huecos y su urdimbre?

El viento

Se procura más bien el movimiento

iniciar una red que me permita

poner a salvo nudos

cobijar el deshielo

de la luz y sus pájaros.

La piedra

La defensa del muro me reclamas

su presencia constante más allá de la nieve

la intención de la aguja

el límite, la linde

la censura tan torpe al infinito.

El viento

Tal vez tú signifiques ese inútil reclamo

el lugar donde prenden los objetos perdidos

que el azar tan seguro ofrece como exvoto

al dios de lo inmutable

de lo que al fin nos queda

tras de todo el proceso sucesivo

de estarse despojando

La piedra

ser triunfo así de la intemperie

El viento

con toda la verdad en cada arista.

La piedra

Sin embargo sin ti soy figura sin fondo.

Necesito tu hondura para reconocerme

la otredad que interpela

mi conciencia de isla.

El viento

El rumor de la espuma

de cuánta soledad te va ciñendo

y cómo te delata su tiempo desvelado.

La piedra

La tristeza viajando en hemistiquios

El viento

el dolor

de saberse

esquirla de lenguaje

La piedra

el estado de espera

El viento

para todo este espacio.

La piedra

Mira cómo sonríen los cipreses

al paso de tu vuelo

El viento

son amantes callados que mi mano interroga

La piedra

y allí sobre la verde

transparencia

del agua

tu das forma a la lluvia

El viento

te fijaste que entonces

eras tú sumergida

una voz entre cientos

La piedra

o labio para un pájaro ciego

que el olvido blanquea

El viento

o labio para un pájaro insomne

que intuye la mañana

con su luz obligada para todo lo vivo.

La piedra

¿A quién preguntaré si tú te marchas?

¿A quién la incertidumbre?

A quién si mi vacío

es la geometría de tu ausencia

El viento

qué pronto he de volver para llenarte

para reconstruir tu anonimato

sobre un pilar oscuro y una espada

de sílabas de nieve

que a ambos nos proteja

La piedra

de tanta encrucijada que nos rompe

El viento

de tanto desencuentro.

 

De Cuaderno del Guardabosque

 

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Los puños sobre el rostro. / Te sientas / recostado en el muro.

La voz llega de lejos. / Del otro lado del hilo -del cordón- a la espera del /

corte.

Coser con ella un cuerpo.

Y acunarlo.

 

 

 

Sobre la tierra el rastro de la herida.

Las manos del hombre están atadas a un centro que todavía no conoce, que no es capaz de intuir  más que en el gesto insomne del espejo.

Debe de haber un cielo, un arriba, un punto de fuga. Pero la cerviz también está sujeta, forzada a la sumisión de los alcances.

Dejas que te miren, animal con derrumbe.

 

De Umbilical

 

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La arena

impone su presencia

como otra forma de memoria.

Disemina los restos

de mi sombra.

 

 

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Danzan

como las piedras blancas

arrojadas

al agua transparente.

En búsqueda de un centro.

 

 

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Sobre las piedras negras la espuma ofrece su inefable lenguaje, la letanía antigua de la proximidad y el abandono. Y no es sola la isla quien aguarda o acoge. Es el cuerpo también. Altar y ofrenda.

 

De Al-rihla (El viaje)

 

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El poeta Luis Luna

Raum des Schweigens

(La habitación del silencio)

 

 

 

Cierra la puerta. La mirada

del ciego está adentro y afuera.

Todo es geometría y débil

tacto. Figuras que se prestan

una forma en el todo del aire.

 

 

El sonido es ahora la extensión

del sonido. El eco que resuena

y no se extingue mientras dura

la luz, que de ti mana.

 

Ese breve destello.

 

 

Pedagogía de la llama

 

Te sorprende el calor, la incertidumbre de la llama, el lenguaje del humo. La lumbre te propone/aprendizajes/que luego no se olvidan. El diálogo tenso del frío y la penumbra con los cuerpos cercanos a la luz, impelidos a ella como el pájaro al canto. A ella convocados no por la fuerza de la necesidad ni la costumbre sino por la belleza. Y la belleza también posee lo oscuro, lo que queda/escrito de algún modo/ en la ceniza.

 

 

El paseo

 

Después de la escisión, la cicatriz. La escarcha transformada en hielo firme por donde caminar de nuevo en círculo como delimitando un vasto territorio que silabea la penumbra.

 

De Territorio en penumbra

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La voz como un pájaro frágil.

 

Y sin embrago el ala, el vuelo. Ciclo cumple:

íntimo retorno de quietud a quietud.

Frase del frío.

De Almendra

 

iv

Buscas la calma del dolor. Su lecho en sílaba.

v

Es el umbral arroz que pudre ambas manos.

vi

Ves el cuervo posado en el alero

el sabor de la sangre del padre.

 

De Helor (plaquette)

 

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Luna leyendo en Casa de las Américas de Poesía Americana
Crédito: https://www.flickr.com/photos/casamerica/17114104000

 

Sobre la superficie oscura del asfalto

 

Alguien desaparece cada día

Se lo tragan las voces

los chiquillos que ríen

los suburbios del hombre

 

Y nadie dice nada, ni grita, ni corre, ni se arrebuja.

 

Será porque no quiere aquél o éste

Ser el próximo otro

Del que nadie se acuerde,

O simplemente porque estaban

Demasiado pendientes

De sí mismos.

 

Alguien desaparece cada día

Y sólo tengo yo todos los nombres.

 

 

 

Cadish

 

El pájaro de cal canta sus lutos

Observa el sacrificio de las manos

Se regocija en la caída de la arena

En el esparto donde el viento reposa

Y toma cuerpo

En el pozo sin brocal donde manamos:

Una gran boca abierta hacia la orilla.

 

 

De Poemas dispersos

 

 

 

 

*(Madrid, 1975) es poeta y artista visual. Es profesor de Escuela de Escritores y dirige la colección de poesía Fragmentaria de Amargord ediciones. Pertenece al consejo editorial de la revista Heterogénea. Ha publicado Cuaderno del GuardabosqueAl Rihla (El viaje), Territorio en penumbra, Almendra, libro-disco en colaboración con Lourdes de Abajo, con grabados de Juan Carlos Mestre y palabras preliminares de Antonio Gamoneda, Umbilical y la plaqueta Helor con grabados de Miguel Ángel Curiel. Su obra reunida ha sido publicada en EEUU bajo el título Language rooms. Poesía reunida. Como artista plástico instalaciones suyas han podido contemplarse en eventos como la I Bienal de Arte Contemporáneo Cabo de Gata-Níjar, ‘Metamorfosis’ I Festival de las Artes de Gredos, Ávila o la Fira Màgica de Tarragona. Además, obras suyas al aire libre pueden contemplarse en el espacio de land art ‘Cerrogallinero’ de Ávila.