Por Alberto Valdivia Baselli
Crédito de la foto (izq.) Facebook /
(der.) Ed. Sudaquia
7 poemas de Wañuypacha/Partothötröl (2017),
de Alberto Valdivia Baselli
1. (detrás del 0) La voz y el libro
a. (detrás de la d)
En el territorio de postmuerte necesitamos la voz de los otros.
El rezo, el petitorio, el legajo fúnebre, las costillas de los corderos El fuego de la ley, la sangre de la llama, los ecos de los astros En el sueño de los vivos
En su voluntad de no morir a través de la mirada que provee la rendija De nuestros endurecidos ombligos u ojos
La voz de los que padecen la vida es suficiente para no morir muertos No renacer en la materia equivocada
No prevenir claramente a los dioses de nuestra pertenencia al Hanan
(quedo, susurra al oído del amaru tras los ojos)
No perdernos en el camino de la muerte en la muerte y cerrar un ciclo De errores
Con otro
Que nos hunda En la voz
Que no se pronuncia pese a que no calle.
b. (detrás de la c)
No pensemos, señalados como estamos por el polvo, que la patria De los huesos perpetrados
De las pieles repartidas
De las lágrimas evaporadas
Es el camino por donde todo ser humano ha pasado. No,
no ocultes el error geográfico en el que todo territorio humano toda región regentada / el cuerpo y la muerte extensa equivale
al equívoco
en el que se ve representada en la escala.
c. (detrás de la b)
Nada te señala el camino, sin embargo. Solo la voz Los rezos que no pronuncia ninguna boca
La voz de los cuerpos vivos son plegaria y ejercicio Resistente
La muerte no muere pero debate políticamente Cara a cara
Con los vivos que deciden no morir
Cerrando los ojos en el estertor que desagrada al público presente
Imperturbablemente adoctrinado a reír o llorar según el guion
y el folleto de turno.
d. (detrás)
En cuatro partes. No en tres
Se troza un cuerpo en el ágape.
La voz de los mortales no es guía del muerto
En el viaje entre los laberintos de la caverna ulterior Los presos de ese viaje
Se bastan de brújula en el tatuaje de los días Que han vivido esa muerte
Incorporada Adherida Perpetrada Resistente y política
Socialmente analizable
En el color de la piel y en la tesitura del pelo Desde nacidos, desde antes
Acalambrados los vivos de muerte Necesitamos voz rezo del cuerpo
La palabra en el cuerpo, del cuerpo, los cuerpos Palabra
La palabra cuerpo
El exceso de cuerpo en la palabra La palabra excedida de cuerpo
En esa voz que no se pronuncia mientras Toda la vida
Muere en pedazos.
I. Rezos
Rezo I
1492
La voz de los muertos por venir es la lucha.
El gesto, la batalla en el cuerpo, los ojos tendidos
La muerte viene y es la muerte la pugna
Por la vida y por el pálpito continuo
España es un río que va a dar en la mar
Pero no a morir
La muerte es nuestro cauce
Estamos apelotonados en un recodo fluvial y no estamos muertos
No, no estamos.
Aún.
Rezo IV
España, 1936-1975
Hijos de España
Ahora que ya cayó la patria
Recoged las cenizas de los muertos antiguos
Recopilad los cuerpos frescos de la muerte
Y probad de ellos, como brebaje lúcido,
La liquidez del dolor en ese flujo
Un solo hombre es la barbarie
Un solo ser que piensa, se baña
Come y camina
Lava los platos y se echa a caminar la siesta
Sueña y pesadilla
Uno solo que se pone los zapatos y salva a una oruga de vid
De morir bajo el sol de Galicia
Uno solo
La línea que cruza el proceso de la muerte
Uno que decide no detenerlo
Y sonreír
Bajo el sol nacional
Oro gualdo en la bandera negra.
7. Nicho / Lápida / Cremación
El paso que un hombre da
Ante otro hombre
(que es una mujer o que es un niño o que es)
Abre anchas gargantas en la roca determinada
Y cierra horizonte abriéndolos a los pies
Lejanos
De ese hombre que se cierra
Bajo la garganta de terrenal
De su propio cuerpo
Que se acerca
Que baja, desciende
Al fuego al aire al agua de todas sus salivas evaporadas
De todos sus lenguajes y gestos sanguíneos
De su última digestión y jugos y vientre
Del más allá del segundo torcimiento sexual último
Del agua del cuerpo del agua del fuego del cuerpo de la tierra
Blanca
Que se detiene en el aire
Contra el viento
Inmóvil contra el aire forzado
Inmóvil cuerpo de tierra lleno de agua
Consecuencia del fuego
Que avanza hacia otro hombre
Que en bajo tierra gira hasta hallar su eje.
०
Muerte lingüística
La música incita al terror de la repetición.
Djuna Barnes
Un ejército de palabras sumidas en el espasmo es la muerte.
¿Hablaremos / detenidamente / algún avisado / algún tembleque sabrá / del espasmo de la sílaba?
¿Compararemos comas, levitaremos el punto a la altura
la exclamación dubitará compases y silencios?
Una norma rota una antinomia súbita, la agramaticalidad es la muerte.
¿Sufre la palabra retirada / se distiende de gruesas correcciones / se agencia de novísimos desgarros en el pleonasmo?
Notaremos en la lejanía un peligro de punto y comas entre vorágines de morfemas impotentes / lúcidos y destituidos a la pena.
Destruiremos / sin cesar / el fonema, escribiéndolo.
Instruiremos / con prisa y con angustia / a la norma en pies quebrados
irrumpiremos fácilmente en la grafía / cerrando los ojos
mientras todos hablen de la muerte / la palabra enmudecerá de dios
y el hombre equilibrará con sintagmas su silencio
su palabra en blanco temblará sobre presagios
y el final y el punto romperán en equidistancia.
El abismo de carne que nos evidencia es la mala pesadilla de tu nombre
en sus adjetivos sestean frágiles demiurgos
en su lengua diminuta nos disforzamos de pronombres / porque así
no evitamos
señalar verdad a la distancia.
La música de todo espasmo doloroso ha de venir en nombres propios
articulados en las fosas de tu boca una a una notas
anotadas y temibles letras e en la saliva / de la lengua
todos los sinónimos hablan del rescate
una a una cada muerte olvida el luto en la homofonía que el silencio provee
muerte blanca muerte dental y muerte
en la boca que calla.
Somos el tatuaje de la lengua / la legua de la distancia
y un renglón ene entre lenguas y leguas
que va callándose silencio / que va forjando suspensivos
que corta y quiebra la hilera de latidos un apóstrofo
muerde la carne dolida que pronunciada ya no suena.
Llueven haches dolorosas a la boca del que muere
se cierra en espesura el ojo del hombre que cae / la voz no dicha
discierne las imágenes posibles
el hombre muere / no hay duda de ello / solo mudez
y anáforas
el hombre muere y se debilita en el tiempo y la palabra se muda
con el hombre pieles y destinos y música / muere
nadie en la oscuridad ausculta la forma de su voz
nadie en ausencia de la lengua descifra la gesta
la palabra bajo tierra ha inventado todas nuestras muertes
la muerte bajo tierra imagina mayúsculas, gritos / la muerte
cubierta de lenguaje
la palabra decide el momento del silencio.
६
Muerte biológica
¿Qué le debe este espacio de tiempos y avances al cuerpo muerto / ahí
detenido / desgarrado / dócilmente ridículo / inane /
memoria
y gasto de energía?
¿Qué le debe la vida al cuerpo / muerta / desoída / equilibrada sobre pocas pausas / diversificada desde el latido / frágil y prosódica / referencial siempre referente del cuerpo que vive / del cuerpo que expira?
¿Qué le deben el cuerpo y la muerte a la vida / desprendida de propósitos / desnuda de cal y arena / dividida en espesuras anónimas / antagónica
y protagonista al margen de apetitos humanos / marginal a la célula
y responsable de su registro / permanencia / responsable de su fracaso?
¿Qué me deben mi cuerpo y mi vida /
interrogantes?
¿Qué debo en el cuerpo y en la vida?
¿Muerte?
La vida es el periplo; el cuerpo es el designio, la muerte
en el vacío de este cuerpo sin designio, en la renuncia de esta vida sin aristas
construye un cuerpo al margen de sí
para propósitos deshumanos
el cuerpo y su desgaste.
Muerte humana
Todo pensamiento es antropomórfico
Albert Camus
Los gestos del precipicio continúan en su esfuerzo de caída. La voz de los aires y la palabra de los pastos sobre la tierra anuncian un periodo de desgaste. El hombre, que lo forma todo a su recorte, ha tomado su piel, la ha desollado de sí mismo y ha cubierto el mundo con su manto sanguíneo para reconocerlo en el tacto, en el olor y a kilómetros de distancia.
La vida misma es el abismo y la posmuerte, lo que tememos, lo que se va y lo que queda, como espina única en el tálamo, en las heridas del camino; la posmuerte que llenamos con oraciones, poéticas, místicas, religiosas, prosaicas, económicas
Dominantes
Esnuestraynodeotromásquepretenda
La vida solo existe en relación con la muerte, con su muerte. La muerte solo existe en el periodo en que la vida es, hay, acá. El cuerpo retiene esa muerte como un abismo que nunca repite la manera, la presencia, los espacios de su estrechez
O la largueza de su ansiedad.
El acto más político del hombre es saberse muerto de por vida
y atreverse.