Por Noni Benegas*
Crédito de la foto (izq.) www.elmundo.es /
(der.) Bartleby Eds.
5 poemas de Falla la noche (2022),
de Noni Benegas
DICE: acá.
Digo: aquí,
en el umbral de la librería.
Él, de paso.
Yo, de pasaje ya.
Lo que puedo decir y no digo
porque el decir no me atañe,
lo que puedo decir… y no sale
porque salir me expulsa,
madriguera al fin
el estar sin estarse.
ENTRO y salgo,
incursiones en una lengua ajena
golpes de tambor con bambús ajados
que a nadie llaman.
De pie, a punto de fuga
apenas ojeo
un tiempo pasado de mayor alcurnia.
No se dónde cae este trozo
y se quiebra en otros pequeños
cómo se desliza,
si escurre o es absorbido por mi cuerpo
o se seca… chorreando
y luego invisible se pierde.
Nada cruje ni babea, nada forma galaxia
como un poema de Stevens
o una casualidad de William Carlos Williams.
No hay Sharon Olds,
solo viejas que cruzan las piernas
y nada entre ellas.
Y aunque lave y lave
todo está ahí,
por debajo aún
vivo
y no hay torno o túnel
que no lleve a esas cámaras de dolor,
donde lo apresado gime
y recuerda
su avidez por conocer
lo que aquellas circunvoluciones
escondían.
USTED encuentra o había,
tres altas calaveras
sobre palos, postes
anteriores,
–¿suyos?–
a su pasar.
Qué casas no construirían
con ventanas, puerta, caladeros
de viento bravo,
dunas y dar
antes…
y me despellejé,
tiempo
y pasar.
Ella asoma
el soplo sopla
pide entrar
al hueco
de horadar,
y se acabó la carne
el pellejo, la pústula
de aquella forma sin par.
Fragmento de poema sin título
(…)
Nada tiene sentido.
¿Lo tendría si viviera contigo,
X, H o J de mi pasado, presente o futuro?
Y aquí
sin un perro ni un gato
ni un reloj a mi alrededor
sobrevivo.
Aún así,
si pierdo el tiempo
la máquina calculadora de mi cerebro
barrunta la falta
y me condena
a la culpa que me hace sentir viva
de mala manera…
Al amigo que nos da de comer
para reafirmar su vínculo
y alimentar el nuestro
le replico, en esta incertidumbre
de existir, con simpatía
pero sin té,
porque quita el sueño
y te hace pensar,
lo cual impide vivir como algo natural.
Vivir es natural…
Como este ligero frescor
en la espalda
y la leve molestia
del edredón demasiado cálido,
que hace que te quites y pongas,
sucesivamente,
las palabras con sus dudas y recovecos:
vivo, viviente, sobreviviente.
De a poco nace
el apetito.
Sigo viviendo
a medida que despierto
y volteo sobre la cama
–izquierda, derecha–
con ganas de que venga el día
y pueda
ficar bonito.
Empiezo a entender
la enumeración de oficios en Saint John Perse…
Tiene que haber sido
de madrugada,
mendrugos de hombre
desparramados en el versículo
cuya suma hace el poema.
Amago levantarme
mientras ruedan neumáticos
como olas en la vereda,
tras el cristal cerrado
con la cortina echada,
ya de pie
y ya retórica.
¿No has pensado tener hijos
amiga?
No podrías dormir de noche
por sus gritos.
Pero una parte tuya sí podría hacerlo;
aunque no es argumento
la vida ajena
para perder el sueño
o recuperarlo.
Hay bordes entre nosotros,
límites dentados como los de
los sellos.
(…)
*(Buenos Aires-Argentina). Poeta y ensayista. Reside en Madrid (España). Obtuvo el Premio Platero (ONU, Ginebra) el Premio Nacional Miguel Hernández, el Premio Vila de Martorell, el Premio Rubén Darío y el Premio Esquío; obtuvo la beca Yourcenar (2009). Es madrina del Festival Voix Vives (Toledo-España). Se desempeña como conferenciante en universidades españolas y extranjeras. La exposición Ciudad Adentro, en el Centro Cibeles homenajeó su trayectoria con una exposición (2022, Correo Central de Madrid). Ha publicado El ángel de lo súbito, antología esencial de su obra (2014) con el título Burning Cartography traducido al inglés y Animaux Sacrés traducido al francés; es autora de la antología Ellas tienen la Palabra. Dos décadas de Poesía Española (2008), cuyo ensayo introductorio se reeditó como Ellas tienen la palabra. Las mujeres y la escritura (2018); Ellas resisten (2019) y Falla la noche (2022). Este 2023 se reditó De ese roce vivo.