Por Ivonne Bernuy Coloma*
Crédito de la foto (izq.) archivo de la autora /
(der.) Ed. Objeto profano
5 poemas Aroma de nido (2022),
de Ivonne Bernuy Coloma
La geofísica del amor
En la traslación la parte de la tierra que se aleja del sol se enfría Acomodan las estaciones su lecho
su lecho de tiempo e invierno un vaho de melancolía incierta
de hojas que cantan un otoño sombrío
Las flores y un acantilado podrían entibiar la marea el sol no está
el choque de las olas : mutismo huérfano
Mi madre tiene frío
ha perdido la fuerza
Autorretrato
Mi madre se bebe un pisco antes de dormir me abraza
La noche son sus mejillas canta
Sueña con que yo duerma
Está digamos con benevolencia: cansada
Mi madre cree que soy el sol
Yo acabo de cumplir siete
asomo mis pies entre los suyos
Hija
El rostro del rocío anida en pétalos y el sol
decora la curvatura
el pliegue en la inocencia
/de este Cielo/
de saltos de dientes
acróbatas passés deslizándose sobre la viga
dibujando en barras
hoyos de bruma que danzan en círculos
una sonrisa oropéndola floreciente en verdad
el hábitat
que muerde los espacios
donde lacta y mastica
su corporeidad
(semillita celestial, marea)
anatomía de abrigo
con sus brazos, sus piernas
humanidad erizada
en gravedad inclinada
a este cuerpo giratorio
de intestinos que añoran
el cordón que nos une
que todavía
alimenta
Vigilia que respira
Crecerás mi niña crecerás
quizá al final de estos versos
quizá más pronto.
Engranada mi carne y sus abismos
por detrás de una espalda
que recoge
tus diminutas manos
tus diminutos dedos
a esa risa de tren festivo
infestada de jazmines que refleja
la inocencia osada sin tropiezos
Engranando juegos alrededor del sosiego
bajo la sombra de un reloj
mi diestra y sus tres últimos siervos
adolece
la amabilidad de una mariposa que descansa
del perfume del ocaso en un por qué
Engranando tu infancia en recuadros fucsias
Sobre y en el eco de un silencio
vibración y latidos rebotan sobre mi aliento
Y en un caos que no encuentra
el principio del final de los míos
ni el final del principio de los tuyos
tus volúmenes tidales se orquestan
resonantes
tallándose a mi pecho
y a mi hálito
en un olor inmortal
de caricias sin tacto
que simulan pausas del océano
o el abrazo de un cántaro
anidado en desiertos
(como mi soledad)
Los ojos del océano atisban la orilla enmudecida
Ha despertado la marea de los años en que la barca de mi vientre remaba floreciente
deshabitada como toda verdad o verdadero inicio
La sal que reposa hoy
es solo el tiempo triturando superficies de roca y herrumbre
de siluetas de noche con olor a lluvia
sombra del inocente ardor
en que la aurora de mañana espera
Veo hacia atrás atrás glorioso
atrás encendiendo precipicios
atrás abandonada atrás día soleado
atrás vacío
Atrás de los ojos del océano y de los míos
camina un colibrí meneando las puntas de sus patitas de nube
cantando con sus alas de segundo grado de primaria
haciendo una coreografía de giros y aplausos
me besa me picotea las manos los dedos para decirme que
el tiempo
es una mentira que se miente
que despierta cada día en un abrazo
que reza por las dos
“Una madre atiende a su hijo a la luz de la vela; encuentra en él una belleza
que, si no va a bastar para guardarlo de los males del mundo, sí, por lo menos la
redime a ella de su parte en esos males.” Sylvia Plath (29 de octubre de 1962,
presentación en la BBC)
*(Lima-Perú, 1984). Poeta. Es médica por la Universidad Ricardo Palma (Perú), con especialidad de Endocrinología por el Hospital Nacional Guillermo Almenara Irigoyen, a través de la Universidad Nacional Federico Villarreal (Perú). Es magíster en Gestión de Servicios de Salud por la Universidad San Martín de Porres (Perú). En la actualidad, se desempeña como médica en EsSalud. Ha publicado en poesía Disección (2020) y Aroma de nido (2022).